La población del barrenador del tallo o Diatraea saccharalis, una plaga clave del cultivo de maíz, ha reducido los ataques promedio en la región pampeana. A partir de una encuesta realizada a cien referentes maiceros, para el período anterior a 2001 la plaga presentaba ataques en 1 de cada 2 a 5 lotes de maíz, mientras que para la última campaña dichos ataques sólo se registraron en 1 de cada 10 a 30 lotes.
En la disminución ha sido clave la utilización, desde la campaña 1997/98 de los híbridos Bt. “El adulto de diatraea, volando, no distingue entre un lote convencional y un Bt por lo que pone huevos tanto en uno como en otro, pero las larvas que nacen en los Bt mueren”, explicó a Infocampo el ingeniero Nicolás Iannone, jefe de Protección Vegetal del Inta Pergamino y coordinador del sistema de alerta de diatraea.
Al surgir los maíces Bt tenían una superficie de 5 a 10%. Era dable esperar que cuando la superficie con Bt pasara el 25 o 30% del área total (esto pasó en la campaña 2001/02), la presión de la plaga iba a disminuir. Hoy el área Bt en la región pampeana llegó al 50% de la superficie y se estabilizó.
Como los productores se están dando cuenta de esta reducción se están empezando a cuestionar el pago del plus de 20 a 30 dólares por Bt. “Ya en la próxima campaña va a bajar la utilización de Bt y hoy es muy probable que si un productor quiere comprar un maíz convencional no tenga porque la mayoría de los semilleros no han anticipado el vuelco que se produjo hacia los convencionales; sólo tienen los que no trabajan con Bt”, explicó Iannone. El especialista cree, incluso, que si los semilleros hubieran tenido más disponibilidad de convencional la reducción de Bt hubiera sido mayor.
“Siempre hay que optar por alguna tecnología”
Ante la consulta de si conviene usar tecnología Bt o hacer el control químico, Nicolás Iannone explica las ventajas de uno y otro método y destaca que “lo único que está mal es no inclinarse por ninguno”.
Las dos son eficientes; la tecnología transgénica es más cómoda, pero también más cara. “La ventaja del control químico es desde el punto de vista económico porque sólo te exige gastar cuando se presenta la infección; más si tenemos en cuenta que en los últimos años ha disminuido la presencia de la plaga, aseguró Iannone.
En lo que respecta a los costos de una y otra tecnología, hay que poner sobre el tapete el plus que se paga por el híbrido Bt comparado con el mismo convencional, que es de aproximadamente u$s 25 (tomando un Bt a u$s 100). Al convencional hay que sumarle el costo real del control, el monitoreo (si es que no lo hace el mismo productor) más el costo prorrateado en toda la superficie (esto es fundamental en el cálculo) de lo que se gasta para la aplicación puntual en un lote afectado.
Comparando 1 ha Bt con una convencional con control químico (producto más aplicación ronda los u$s 12) es más barato el control. No obstante, mucho más redituable resulta el control si se tiene en cuenta que la aplicación no se hace sobre el 100% de la superficie sino sólo sobre las ha afectadas. Esto hace que la brecha se haga mucho más marcada a favor del control químico, que, a partir del monitoreo también da la posibilidad de âdescubrirâ otras afecciones que pueda tener el cultivo.
Juan Ignacio Martínez Dodda
jdodda@infocampo.com.ar
