Publicidad Cerrar X

Ventajas en el negocio del pop corn en la Argentina

El maíz pisingallo se presenta como una alternativa novedosa de diversificación para la región pampeana. En aplicación de nitrógeno el ahorro es de u$s63; también el costo se reduce por bajos fletes y bonificaciones.

El maíz pisingallo se presenta como una alternativa novedosa de diversificación para la región pampeana. En aplicación de nitrógeno el ahorro es de u$s63; también el costo se reduce por bajos fletes y bonificaciones.
infocampo

Si bien con vaivenes, la producción local se ha ido incrementando y hoy la Argentina es el principal exportador y formador de precios de maíz pisingallo mundial, dado que exporta casi el 100% de las 150.000 toneladas (t) que produce. El principal productor mundial son los EE.UU. con 450.000 t, de las cuales exporta solamente 50.000 toneladas.

La Argentina exporta a toda Europa, Asia (un mercado en crecimiento), Ecuador y Venezuela, entre otros. Los más fuertes son España, Egipto y Francia.

âNosotros hacemos maíz pisingallo para reemplazar el maíz comercial que lo veníamos haciendo antes en función de la sustentabilidad, pero se nos complicaba la situación por una cuestión de margenâ, explica el productor y asesor Ricardo Izaguirre, Baibe S.A. y Ganagrim S.A.

Izaguirre asegura que el pisingallo les da un margen bruto igual o mayor que la soja dependiendo el área donde se haya sembrado, y que obtienen muy buenos rendimientos en función de los materiales genéticos utilizados. Hoy, casi todo el maíz que hacen es pop.

El costo de la semilla necesaria para sembrar una hectárea es de 58 dólares. A esto hay que agregar un control químico de insectos, porque no se permite el uso de transgénicos; uno de fungicidas porque está habiendo muchos problemas de roya; y el costo de seguimiento de los cultivos y la certificación para saber que está libre de OGM.

No obstante, Izaguirre encuentra ventajas respecto del maíz común: âMayor economía en el uso de agua, se paga el doble (170 u$s/t âcontra u$s87 del maíz comúnâ, aunque ha variado en los últimos años de 160 a 200 dólares), menor ocupación de tierra y mayor economía de nutrientesâ. Al igual que el maíz pisingallo, el maíz común necesita 22 kg de nitrógeno (N) por tonelada pero la necesidad del cultivo es de 220 kg/ha para el maíz común mientras que es de 110 kg/ha para el pop corn.

En lo que respecta a fertilización, con un nitrógeno promedio de 3 años de 47 kg/ha, un maíz de 9.000 kg/ha necesitaría 266 kg de urea (u$s82) mientras que para un maíz pop de 6.000 kg/ha se necesitan 63 kg de urea (u$s19).

Entre las ventajas comerciales, Izaguirre enumera que son clave âel bajo costo de flete, no hay costo de comercialización, secado y servicios, se fija un precio mínimo, la producción es bajo convenio de superficie y hay bonificaciones por calidad (que el grano no esté fisurado y que expanda bien; más se expande, más se paga)â.

Un mercado que no permite OGM

En lo que respecta a las claves de manejo, es importante tener en cuenta que, por cuestiones de trazabilidad se debe estar alejado de otros maíces genéticamente modificados (OGM). La fecha de siembra es igual a la del maíz común. La densidad recomendada es de 75.000 plantas por ha y se trabaja con herbicidas tradicionales. En lo que respecta a enfermedades, hay que estar atentos a la diatraea.

Genética, la clave de la expansión

Uno de los puntos clave en este negocio es la genética que está asociada a la capacidad del grano de expandirse al ser calentado. Incluso por esto se pagan bonificaciones al momento de venta.

El maíz pisingallo posee en su estructura genética dos características que se correlacionan en forma inversa: el grosor del tallo y la expansión, es decir, a mayor expansión, menor grosor de tallo y viceversa. Consecuentemente al seleccionar maíces de alto índice de expansión, las plantas obtenidas se caracterizan por presentar tallos débiles, favoreciendo el quebrado de las cañas.

En 1994, y como resultado, en primer lugar de la reducción de los saldos exportables de los EE.UU. y en segundo término de una demanda sostenida del producto en el mercado internacional, nuestra producción pudo ser comercializada sin inconvenientes, colocándose el saldo exportable argentino a precios cuya relación llegó a ser 5 a 1 respecto de las cotizaciones del maíz tradicional. Esta situación coyuntural actuó como incentivo para que el área sembrada pasara de 14.200 ha en el ciclo 1994/1995 a 46.000 ha en la campaña 1996/1997.

A partir de 1997, los precios del maíz pisingallo fueron disminuyendo en forma progresiva, hasta llegar en algunos casos a una relación del 2-1 con respecto al maíz tradicional, debido principalmente a la recuperación del stock en los Estados Unidos.

Se pueden diferenciar tres zonas de producción claramente definidas: la zona núcleo maicera (aporta 60% de las coberturas); el NOA, principalmente la zona de Las Lajitas (29% de la superficie) y Sudeste de Buenos Aires (11% de la superficie).

Juan Ignacio Martínez Dodda

jdodda@infocampo.com.ar

Alertas Infocampo por Whatsapp

Ingresa tus datos y número de WhatsApp en nuestro formulario para comenzar a recibir alertas personalizadas del sector agropecuario.
¡Mantente al tanto de las últimas noticias y actualizaciones en tiempo real!

Seguí leyendo:

Temas relacionados: