En 2004 y 2005, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria realizó un muestreo nacional, que incluyó más de 3.500 establecimientos ganaderos y más de 35.000 animales, que arrojó como resultado que la prevalencia de la brucelosis se ubica en 2,8%.
“La enfermedad se encuentra en estado de control. Los números nos muestran que está mejor de lo que se suponía”, dijeron fuentes del Senasa en diálogo con Infocampo.
“La vacunación de las terneras de entre 3 y 8 meses junto con la vacunación contra la aftosa ha dado muy buen resultado”, evalúan desde el organismo sanitario.
Sin embargo, existen diferencias entre el trabajo realizado por los tamberos respectos de los criadores de vacunos. Así, se estima que el 50% de los tambos de todo el país se encuentran certificados como libres de la enfermedad, mientras que los establecimientos de cría vacuna en esa condición no llegan al 1%.
La idea de controlar y erradicar la enfermedad en los tambos quiso tener un impulso en 1999 con la ya derogada Resolución 115 del ex presidente del Senasa, Luis Barcos. Esta norma exigía que para certificarse como libre, los establecimientos tuvieran que hacer tres “sangrados” de toda la hacienda y que los mismos dieran negativo. Además, tenían que hacer uno anual para mantener esa condición.
“Estuvo sobredimensionado”, opinan hoy desde el organismo sanitario. “Si en el último sangrado aparecía uno positivo, tenía que empezar de nuevo y eso no se exige en ningún país del mundo”, explicaron las fuentes.
El caso es que el Dr. Bernardo Cané dictó en 2003 la Resolución 150, que derogó la 115 y que estableció los presupuestos mínimos para la lucha contra la enfermedad, dejando abierto a las provincias que lo desearan, la posibilidad de implementar “planes superadores”.
En este sentido, Santa Fe encaró un plan superador para erradicar la enfermedad de su territorio, al igual que el departamento cordobés de San Justo.
Ahora, la idea que debaten las comisiones de sanidad animal provinciales, a propuesta del Senasa, es un plan voluntario individual de control y erradicación, más factible de ser implementado por los ganaderos.
Según adelantaron las fuentes de Infocampo, se exigirá tres sangrados consecutivos anuales sobre el 15% del rodeo, preferentemente sobre las vacas que al final de la parición no tienen ternero al pie, ya que son la población donde a priori se supone que podría encontrarse con mayor frecuencia la enfermedad, ya que la Brucella abortis justamente es causal de aborto en las vacas.
Con esto, y cumpliendo con las normas de la Res. 150/2002 (registro de ingresos y egresos, sangrado de vacas y toros que entran), los establecimientos podrán certificarse como libres de brucelosis.
