En la zafra 1995/1996 poco más de 4.000 t de lana producida en el país correspondía al Prolana. Hoy ya son 22.000 las toneladas que cumplen con las prerrogativas, el 50% de la producción nacional.
En la última zafra lanera menos de 15% de los lotes trabajados e identificados como Prolana, recibieron alguna observación sobre su presentación, pero ninguna de mayor gravedad.
Los datos corresponden al proceso de feedback que se retomó en el 2004 y consiste en que las empresas evalúen la mercadería recibida. Luego, los datos se entregan a los productores correspondientes que, así, podrán ajustar su producción y calidad.
El trabajo comprende aquellas actividades que permiten obtener información relevante de los desvíos ocurridos tanto en el acondicionamiento como en la presentación a la venta de los lotes de lana.
Una de las razones que afectaban la mejora continua en la presentación de las lanas argentinas era la falta de conexión entre los eslabones de la cadena lanera. De este modo, muchísimos productores nunca sabían cómo era considerado su producto por la empresa compradora.
Se hace un chequeo, en el momento de revisión y preparación de los lotes para su lavado/peinado o para su reenfardelado y exportación en sucio.
Chubut. Alrededor de 55% del total de la lana chubutense durante la zafra 2005/2006 fue identificada como Prolana, totalizando alrededor de 9.000 toneladas, producto de la esquila de 2,2 millones de animales.
Entre los problemas detectados, 24% fue de desborde deficiente de los vellones, 15% de puntas amarillas y/o cascarrias en los vellones y 13% de lomo con vegetal en los vellones.
La falta de personal capacitado, el ritmo de trabajo acelerado y espacios físicos inadecuados fueron las causas principales de estos problemas que se encontraron en la lana entregada a las empresas.
Mercadería nacional que busca valor
En términos generales, las lanas argentinas no se distinguen aún como las australianas o las neozelandesas, por su calidad de presentación para la venta. Sin embargo, algunos lotes de la provincia del Chubut han logrado muy buena calidad y valor. Surge entonces la incógnita de por qué no se puede lograr esta calidad en todos los lotes.
El trabajo a conciencia con empresas de esquila registradas, personal idóneo, instalaciones y materiales adecuados, una remuneración justa y la presencia permanente dentro del galpón de esquila, son determinantes para obtener el producto deseado.
Desde fines del 2001 los recursos humanos afectados al sector agropecuario son cada vez más escasos y menos capacitados. Esto es más grave si consideramos que sólo 12% de los productores chubutenses son acondicionadores de lanas, en comparación con más de 50% en Australia. En este punto se debe mejorar.
La calidad lleva a ganar nuevos mercados
La crisis que atravesó el sector ovino durante la década del ’90 tuvo dos espacios fragmentados de instalación. La falta de políticas acordes a las necesidades, y la amenaza por la crisis de precios internacionales del producto fueron dos factores importantes.
El mercado argentino es tomador de tendencias de precios internacionales, más precisamente del mercado australiano. En el pasado los lotes argentinos de las mismas características que los australianos se pagaban hasta 25% menos, mientras que durante las últimas zafras se relevó que productores adheridos al Prolana, han logrado recibir igual y hasta en algunos casos mayor precio por su producción que el indicador de Australia.
Históricamente, las lanas argentinas fueron depreciadas en el mercado internacional por defectos de presentación: excesiva contaminación, incorrecta clasificación y falta de correspondencia entre el producto ofrecido y la documentación asociada. Esto conducía a nuestras lanas a mercados poco exigentes en calidad e inevitablemente poco retributivos.
En los últimos años ya se puede empezar a ver el cambio de destino de las exportaciones de las lanas argentinas observándose un aumento en algunos países europeos (de 42% en 1997 a 48% en el 2004) y la disminución de la participación de China (de 32 a 15%), quien demanda cantidad y no calidad.
