En 2004, en el Mercado concentrador de hacienda de Liniers se vendieron 2,31 millones de animales, que representó un volumen de ventas de $ 1.500 millones. El año pasado, la comercialización se redujo marginalmente a 2,22 millones de vacunos, pero la facturación de lo allí vendido trepó a $ 1.700 millones, gracias a la suba que registró la hacienda gorda.
Pero en lo que va de 2006, y con la lucha contra el aumento de los precios por parte del Gobierno, los números del mercado vienen en picada.
Al lunes 24 de abril se habían vendido en ese mercado 577.000 cabezas, una cifra marcadamente menor que las 670.000 a igual fecha de 2005 y las 697.000 de 2004. Estos números equivalen a una caída de las operaciones de 14% respecto del año pasado y de 18% respecto de 2004.
Si esta caída de 18% se proyectara a lo que resta del año, la diferencia de ingresos en el mercado se ubicaría en 400.000 animales.
A un valor promedio de $ 920 la cabeza (todas las categorías), la caída en las ventas rondaría los $ 368 millones. Si la comisión neta de los consignatarios es de 3%, la merma en el ingreso es de unos $ 11 millones, que solamente los podrán compensar si logran capturar esas operaciones por fuera del mercado.
Traslado. La caída de las operaciones coincide con una política de contención de precios que apuntó a los consignatarios en general y al Mercado de Liniers en particular.
Se prohibió la venta al oído, se establecieron precios de referencia para la hacienda en pie y hasta se dice que se les ha ¡§pedido¡¨ a determinados supermercados que no compren en el mercado.
Paralelamente, existe en la Legislatura porteña una ley por la cual a partir del 8 de junio no podrá ingresar más hacienda en pie al territorio de la Ciudad de Buenos Aires, con lo cual el mercado se vería obligado a dejar de operar.
Sin embargo esa misma ley establece que la Legislatura podría prorrogar por un año la entrada en vigencia de la prohibición (de hecho se viene prorrogando desde 2002).
Pero los legisladores adscriptos al kirchnerismo (Frente para la Victoria) presentaron un proyecto para que ese plazo no se extienda más allá de fin de año (180 días).
Al cierre de esta edición la Legislatura porteña se preparaba para discutir el asunto. En el ambiente ganadero se estimaba que algún tipo de prórroga iba a haber, más considerando que en las últimas semanas los consignatarios ¡§habían hecho bien sus deberes¡¨, manteniendo el precio de la hacienda a raya.
Pero al mismo tiempo, se piensa que el Gobierno mantendrá la amenaza de la prohibición de ingreso de hacienda como la espada de Damocles contra el mercado.
Por eso es que se comenta que ya habría unas cuantas casas consignatarias en conversaciones para operar nuevos mercados en zonas próximas a Buenos Aires, como Brandsen, Cañuelas e incluso Mercedes.
Frente al grabador del periodismo, los consignatarios niegan estas versiones e insisten en que el único traslado posible es a San Vicente, donde tienen un predio comprado en la década del 90 para cuando debieran abandonar Liniers.
