“Atanor lidera el mercado del glifosato con precios muy competitivos que dependen del volumen y el plazo de pago”, comentaba esta semana un distribuidor de insumos de la zona núcleo. En verdad se habla de que para negocios de escala y pago rápido, el litro de herbicida llega al productor a 1,95 dólar.
“La novedad es que Atanor está ofreciendo estos precios si también le compran los híbridos de maíz de Atar Semillas”, agregaba la fuente. El año pasado, la empresa, que pertenece al grupo americano Albaugh, compró el semillero de Julio César Osella, ubicado en Pergamino, que tiene la línea de híbridos Milenium. Próximamente, si prospera la iniciativa de la Secretaría de Agricultura, podría ofrecer maíces resistentes al glifosato.
Sin embargo, Monsanto, que posee las marcas premiun de glifosato Roundup, trata de competirle duro a Atanor con una segunda marca de glifosato llamada Fosato.
El negocio no es menor. Este herbicida representa grosso modo el 50% del negocio de agroquímicos argentino, valuado en u$s 600 millones. Se estima que anualmente se consumen unos 130 a 150 millones de litros de glifosato. El avance de la soja RR y la siembra directa fueron los artífices de esta explosión.
Es tan significativo este mercado que, en 2001, la compañía Monsanto logró que se iniciara un proceso por presunto dumping en las importaciones de glifosato chino, que concluyó en 2004 sin que se aplicaran aranceles extraordinarios. En ese momento, el herbicida también rondaba los 2 dólares el litro. Pero paradójicamente, en 2004 se produjo una trepada de precios que llevó el valor a u$s 3,60.
“Fue una fiesta”, recuerda hoy un formulador local, que trabaja con materia prima importada de China. Según este empresario, no puede vender a menos de 1,80 dólar, con lo cual la guerra de Atanor y Monsanto lo está dejando al borde del knock out.
“Como mínimo, el precio a productor debiera estar en 2,15 dólares, pero sé que si el volumen de la operación es grande, los camiones llegan a la tranquera con precio por debajo de los dos dólares”, se queja.
“Cuando Atanor entra en un negocio, avanza y avanza”, decía el presidente de la firma, Miguel Angel González, ante periodistas, en ocasión de la conferencia de los semilleros por la Resolución 71. Y si consigue inscribir los maíces RR, la batalla promete ser más dura todavía.
