Finalmente, Rusia levantó ayer una medida preventiva que había aplicado al ingreso de vinos argentinos y de otros países luego de haberse encontrado restos de plaguicidas nocivos para la salud humana en frutas que esa nación había importado de las ex repúblicas soviéticas de Moldavia y Georgia.
La medida restrictiva fue tomada hace dos semanas por las autoridades sanitarias rusas y prohibía el ingreso de frutas, jugos y vinos de distintas regiones del mundo entre ellas Chile y la Argentina.
El titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Raúl Guiñazú, explicó que el conflicto se destrabó luego de que se realizaron los análisis que solicitaban desde Rusia para corroborar que los vinos argentinos que estaban demorados en el puerto de San Petesburgo no tienen ningún tipo de restos de plaguicidas prohibidos como el DDT y gamexane.
El funcionario contó que los nuevas partidas que se exporten desde la Argentina y Chile de ahora en más llegarán a Rusia con la documentación adicional solicitada y entrarán sin ningún tipo de inconveniente, con lo cual la situación se normalizó totalmente.
El conflicto se originó cuando Rusia no permitió el ingreso de 11 contenedores (2.600 hectolitros de vino) al mismo que el servicio sanitario puso piedras en el camino al ingreso de 12 contenedores más que estaban en tránsito.
El embarque que generó e conflicto está compuesto de vino mendocino de las bodegas Santa Sara y Baudron y durante estas dos semanas estuvo barado en el puerto de San Petesburgo.
Rusia es uno de los mayores compradores de vino a granel procedente de la Argentina, por esta razón el titular del INV, Raúl Guiñazú, realizó en persona las negociaciones pertinentes para destrabar el conflicto, incluso se reunión con autoridades de la Cancillería y la Embajada argentina en Moscú y aceleró los trámites para que se realizaran cuanto antes los análisis correspondientes a la partida de vino proveniente de la Argentina.
