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Preocupa en Salta maleza con resistencia a glifosato

Se trata del temible sorgo de Alepo, que se propaga tanto por semillas como por rizomas. Monsanto realiza ensayos y los productores buscan soluciones antes de que se convierta en problema a escala.

Se trata del temible sorgo de Alepo, que se propaga tanto por semillas como por rizomas. Monsanto realiza ensayos y los productores buscan soluciones antes de que se convierta en problema a escala.
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Ayer, las instalaciones del ingenio Tabacal, en Salta, fueron el escenario de un encuentro de productores para analizar un caso preocupante: qué hacer para detener el avance de una maleza, el sorgo de Alepo, que habría adquirido resistencia al herbicida glifosato.

“Todo comenzó en el 2003, cuando se comenzaron a ver manchones de sorgo de Alepo, en sojas tratadas con glifosato. El hecho de que el resto de las malezas hubieran muerto nos llevó a sospechar que esta maleza podría haber adquirido resistencia al herbicida”, comentó el ingeniero Roberto Chá Usandivaras, técnico zonal y presidente de la organización de productores Pro Grano.

Fue ahí que avisaron a la gente de Monsanto, la empresa que desarrolló la tecnología que combina el uso de este herbicida total, el glifosato, con cultivos resistentes (la soja).

El problema apareció en Cornejo, una localidad que era fuertemente porotera, pero que con el boom de la soja a fines de los ’90 volcó su producción a la oleaginosa. Cornejo está a unos 200 kilómetros al oeste de Las Lajitas, la capital sojera de Salta.

Según Chá Usandivaras, hoy habría unas 10.000 hectáreas invadidas con esta supermaleza y es probable que el problema se haya expandido a Las Lajitas e incluso hasta la provincia de Tucumán.

Según contó, Monsanto realizó ensayos en unas 2.500 hectáreas en Cornejo. “El sorgo de Alepo resistieron dosis hasta 3,5 veces la habitual”, comentó el presidente de Pro Grano. Incluso vieron que con determinados graminicidas, la parte verde de la maleza se secaba pero a los 30 o 35 días volvía a rebrotar de los rizomas.

En los ’80, esta especie era un verdadero dolor de cabeza para los agrónomos. El control se hacía pasando una soga empapada en glifosato, que tomara contacto con las partes verdes de la planta. Después, con la siembra directa (las rastras trozaban los rizomas y los diseminaban) y la soja RR, el problema se minimizó.

Pero ahora, vuelve a resurgir. El motivo es el uso continuo de un mismo producto, el glifosato, que realiza una presión de selección en favor de los individuos que presentan resistencia.

Para evitar el problema, la recomendación apunta a las cosechadoras, ya que al trillar un lote con la supermaleza, lleva las semillas a otros y así expande el área afectada.

Por eso, recomiendan limpiar bien las trilladoras antes de pasar a otro campo. También, dejar para lo último los lotes infestados y, si es posible, ni siquiera trillar los manchones donde la soja está enmalezada.

“De todos modos, lo ideal es no dejar que el sorgo llegue a semillar”, dijo Chá Usandivaras. También recomiendan usar graminicidas en mezclas con el glifosato. “Con dos o tres aplicaciones el control anduvo bien”, dice.

Ahora, los productores quieren advertir a sus colegas del problema y están preparando nuevas charlas en Las Lajitas y en Tucumán.

Sin sistema de alerta

sin sistema de alerta

Llama la atención que haya sido una empresa la que se hizo cargo de determinar si lo de Salta es o no resistencia a glifosato. Eso dejaría al descubierto que el Estado no cuenta con una red de alerta para la detección e identificación de estos casos, como sí existe en roya.

Analizan al sorgo de Alepo en Saint Louis

En la sede de Monsanto en los Estados Unidos, técnicos de la compañía buscan confirmar si efectivamente este sorgo es resistente al herbicida glifosato. “Nos dijeron que no han podido identificar cuál es el mecanismo por el que este sorgo manifiesta la resistencia, pero es prácticamente un hecho de que se trata de resistencia. En diez días van a estar los resultados de la heredabilidad del carácter, el último paso en los protocolos para determinar resistencia”, comentó Roberto Chá Usandivaras, presidente de Pro Grano, la entidad que organizó la reunión. Fuentes de la compañía que estuvieron en la reunión ratificaron los dichos del productor.

“En lo que hicieron hincapié es en que el mecanismo por el cual este sorgo resiste al herbicida no es el mismo que el de los cultivos transgénicos”, agregó.

Es que la empresa fue la desarrolladora de la tecnología RR, siglas de Roundup Ready, o sea, listo para utilizar con Roundup, la marca de glifosato de la empresa.

Hasta ahora, sólo se identificaron siete especies de malezas resistentes al herbicida, en todo el mundo. El caso del sorgo de Alepo de Salta prontamente podría pasar a ocupar el puesto octavo lugar.

En tanto, en la Argentina, el único caso confirmado de resistencia a herbicidas (no a glifosato) era el yuyo colorado, cuyo nombre científico es Amaranthus quitensis.

Javier Preciado Patiño

jpreciado@infocampo.com.ar

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