La noticia no tuvo mucha difusión en nuestro mercado, pero en febrero, la empresa india United Phosphorus Limited (UPL) cerró el acuerdo para comprar la semillera multinacional Advanta.
Esta empresa surgió en 1996 de la fusión de la holandesa Royal Vanderhave y Zeneca Seeds. Posteriormente fue adquirida por Syngenta y luego por el grupo estadounidense Fox Paine & Co., a quienes se la compraron los indios.
La semillera factura unos 61 millones de euros al año en todo el mundo, de los cuales el 11% corresponde a su filial argentina.
En nuestro país, Advanta tiene su sede en Venado Tuerto (Santa Fe) y un centro de investigación en Balcarce, que en su momento perteneciera a Zeneca.
La compañía se destaca en el segmento de híbridos de girasol y en el de sorgos graníferos y forrajeros, señalan en UPL.
Para los indios, la compra de Advanta significa hacer pie en el negocio semillero. Ellos están viendo una gran oportunidad en el desarrollo del negocio global del aceite de girasol mejorado en su perfil de ácidos grasos.
Sucede que Advanta lleva adelante un proyecto denominado Sunsat, que prevé poner en el mercado, para 2010, materiales genéticos cuyos aceites serán más saludables que los actuales. “Tendrán propiedades ajustadas a las necesidades de varios sectores de la industria alimentaria, como un aceite más saludable, plasticidad para la elaboración de margarina, menor necesidad de hidrogenación parcial y mayor estabilidad”, señalan en la empresa.
Previamente a esta operación, en noviembre de 2005 UPL había adquirido el ciento por ciento de Reposo, una firma local formuladora y comercializadora de agroquímicos, que posee una planta de producción en la localidad de Abbott (Buenos Aires).
Esta compañía, propiedad del empresario Norberto Chutreau, alcanzó una facturación de 12,5 millones de dólares en el balance cerrado el 30 de junio de 2005. Por la operación, UPL habría desembolsado u$s 11 millones. La posesión efectiva se hizo el 31 de octubre.
Según conocedores del mercado de los agroquímicos, Reposo se destacaba en la producción de glifosato, tanto para sus marcas como para terceros a quienes formulaba el producto.
También sobresalía en la producción de insecticidas a base de cipermetrina y endosulfán.
“Esta adquisición provee a UPL una fuerte plataforma para expandir y fortalecer su presencia en América latina, uno de los mercardos de agroquímicos de mayor crecimiento en el mundo”, expresó Jai Shroff, director ejecutivo de la compañía.
UPL es una empresa que factura anualmente unos 375 millones de dólares, que se viene expandiendo en el mundo mediante fusiones y adquisiciones. A fin del año pasado compró una empresa norteamericana, Ag Value, en el marco de esta estrategia.
Recientemente, UPL fue sancionada en la Argentina con la aplicación de un arancel de importación antidumping para la cipermetrina de 4,03%, en un proceso iniciado por quien será su más fuerte competidor en el mercado local de insecticidas: Chemotecnica.
Pero los indios parecen estar dispuestos a crecer en los mercados agropecuarios emergentes, apostando fuerte.
Un país cada vez más poblado
La India ya tiene 1.000 millones de habitantes y se estima que para mediados de este siglo habrá superado a la China como el país más poblado del mundo.
Dispone de 136 millones de hectáreas agrícolas y su desafío, para alimentar a su creciente población, es pasar de una agricultura de variedades tradicionales a otra de híbridos de alta productividad. Según UPL, el mercado de semillas indio es de u$s 1.000 millones, lo cual lo convierte en el octavo del mundo. El girasol se lleva el 6% de esa torta de negocios.
