Es para considerar que la mejora hídrica a raíz de las lluvias precipitadas han mejorado significativamente las reservas de gran parte de la región agrícola, aunque no han llegado a tiempo para revertir sustancialmente los perjuicios en los cultivos de maíz pertenecientes a las zonas centrales.
Con este contexto, se debe tener en cuenta que el maíz atravesó la mayor parte del período crítico que ronda la floración bajo una restrictiva oferta de agua. No obstante, la trascendencia de las recargas radica en que han mejorado las condiciones para el llenado del grano poniendo un freno a las caídas de productividad potencial, que de no haberse revertido habrían ocasionado un recorte todavía mayor en la producción final del cereal.
En cuanto al girasol el panorama resulta más alentador. Al 14 de enero se lleva cosechada 15,3 % de la superficie apta con un rendimiento de 19,4 qq/ha. Comparada con igual fecha del año anterior, el progreso de la cosecha marca un adelanto de casi 5 puntos porcentuales gracias a las buenas condiciones ambientales para la cosecha, que supuso el clima seco y cálido en latitudes norteñas. La productividad media hasta la fecha, aun resulta casi 30% superior debido a los mejores resultados que se siguieron obteniendo en las recolecciones del Chaco, Santiago del Estero y el norte de Santa Fe.
En lo que respecta al trigo, la cosecha de 90,1% de la superficie apta con un rinde promedio de 24,1 qq/ha entregó 10,5 M de t de una cosecha aún estimada en 11.600.000 t. Al mismo tiempo, la trilla mantiene un atraso respecto del año pasado, ahora desfasada 9 puntos porcentuales por las demoras del sudeste de Buenos Aires.
En lo que respecta a la cuantificación de la soja, luego de las lluvias y aun a pesar del breve lapso transcurrido desde la mejora hídrica, los plantíos ya evidenciaban una mejora notable en su aspecto.
La recarga del perfil mejorará sustancialmente el estado de los cultivos de primera ocupación, principalmente los ciclos largos, y aquellos de segunda implantación que, si bien se hallaban mayoritariamente en fase vegetativa, corrían el mayor riesgo de fracaso por la muy baja disponibilidad hídrica que tenían sus perfiles.
Asimismo las lluvias, permitirían “poner un piso” a las mermas de rendimiento potencial que habrían sufrido las sementeras de ciclos cortos más adelantadas, y aun posibilitarían las siembras de segunda ocupación que estaban pendientes y que corrían el riego de no concretarse por la inminencia de las fechas límite de siembra en el centro-sur agrícola. Asimismo, al 14 de enero la siembra alcanzó 95% de la superficie aún prevista en 15.620.000 hectáreas.
Perspectiva Climática
El Departamento de Estimaciones y Proyecciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales prevé para los próximos días la finalización de las tormentas sobre el sur y centro del área agrícola, al mismo tiempo que los fenómenos meteorológicos se concentrarán sobre el norte del país.
