En la Patagonia argentina ambas fuentes de energía naturales están desarrollándose a un ritmo considerado, pero todavía falta mucho por hacer. La declaración de ambas ciudades como capitales nacionales permitiría acceder a líneas especiales de finanaciamiento y algunas otras definiciones políticas, que son necesarias para continuar con la implementación de un polo regional de desarrollo enérgetico sustentable. Además, según el senador Massoni “esta acción permitirá reconocer el protagonismo, el espíritu emprendedor y las características naturales propias de estas ciudades en el desarrollo de diversas fuentes de energía”.
Los parques eólicos argentinos nacieron en Comodoro Rivadavia y Pico Truncado en 1994. Esta iniciativa, lentamente, se está expandiendo hacia la provincia de Buenos Aires.
Héctor Fernández Matino, reconocido investigador de la materia, recalca lo lejos que todavía nos encontramos de Europa y da sus razones: “El mayor freno es la construcción de torres y rotores de gran porte que deben hacerse fuera del país debido a la carencia de infraestructura industrial adecuada”. Con respecto al hidrógeno, otra energía renovable, es una opción más que tentadora que aún no se explota siquiera en un tercio de su totalidad. El senador Fernández explica una razón más de su proyecto: “Con el Protocolo de Kyoto nuestro país deberá promover industrias que generen combustibles alternativos; esta es una pequeña acción, pero estamos en el camino”.
Yanina Otero
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