Se procesarán en todo concepto, alrededor de 1.150.000 toneladas”, señaló a modo de balance Carlos Parravicini, presidente de la Asociación Tucumana del Citrus (ATC).
Y agregó que “vemos algunas enseñanzas que debemos aprovechar. Primero, el negocio es viable, en la medida que esté integrado el productor al empacador y éste al industrial. Segundo, toda acción en favor de la concentración de compra de insumos permitirá en algunos casos defendernos de abusos de proveedores, y generará un costo equivalente (que hoy no existe).
Tercero, las propuestas de acuerdos para la exportación, respecto de tamaños, debe ampliarse y cumplirse en términos de calidades, y manejos de frutas. Cuarto, la producción tucumana, debe identificar sus colegas en el negocio. Quinto, la producción debe allanarse a sus obligaciones tributarias, impositivas y sociales. Sexto, Tucumán debe calificar su producción, promoviendo un Senasa fuerte, decidido, equilibrado, profesional con acciones necesarias para fortalecer el sector. Séptimo, sólo la calidad del producto, hará exitosa nuestra gestión.
Debemos exportar sólo calidad, y calidad es la suma de valores que hacen diferente un producto”, conluyó Parravicini.
