Productores y molineros chilenos anunciaron movilizaciones tras la decisión de su gobierno de autorizar, sin pago de aranceles excepcionales, el ingreso de 10.000 t de harina, un producto que, según alegan, es subsidiado por el gobierno argentino.
El canciller chileno Ignacio Walker se bajó del avión que lo traía de Nueva York para anunciar que el conflicto por las compras de harina de trigo argentina había culminado. “Parte de nuestro acuerdo es que la Argentina desistirá de todo reclamo ante la OMC”. Así, concluyó un episodio que se había cerrado en 2003, cuando el gobierno chileno aprobó una “ley de bandas”, que permitía aplicar tarifas de importación especiales a ciertos productos durante diez años (para trigo y derivados ese arancel es del 17%). Tras arduas negociaciones, que culminaron con la amenaza argentina de denunciar a Chile ante la OMC, se llegó a un acuerdo. El gobierno trasandino solicitó a su Comisión de Distorsiones que el año próximo elimine el impuesto a la harina argentina, y que mientras tanto permita importar hasta 10.000 t sin pagar el arancel (la Argentina había pedido que se eximieran 90.000).
