En un acto que podría considerarse conciliatorio, la Secretaría de Agricultura nacional estaría analizando una propuesta para “reglamentar” (según calificaron altas fuentes de la cartera) el uso propio de las semillas. De hecho, el término sería acotar, si consideramos que no existe en la actual ley de semillas una limitación a este uso.
La medida oficial ya despertó el alerta de las entidades y, en un comunicado, CRA advirtió sobre “un nuevo embate de la industria semillera para reducir a la mínima expresión el derecho que el agricultor tiene sobre el uso propio de la semilla para siembra, y expresamente permitida por la ley 20.247, y la ley 24.376”.
Paralelamente, en un encuentro con la prensa, el presidente de Monsanto, Alfonso Alba, aseguró que la empresa está abriendo una “nueva etapa de diálogo” para “hablar con menos soberbia”.
El directivo aseguró que el agricultor argentino “siente a la soja RR como algo propio, situación que nos encanta, aunque desde el punto de vista del derecho no sea así”. Alba bosquejó un escenario posible, en caso de no arribar a un acuerdo. Con simpleza, dijo “no pasará nada, perderemos todos”, en alusión al abandono por parte de la compañía del negocio de la soja en la Argentina. Esta decisión de Monsanto conllevaría la no introducción de nuevas variedades de soja alto oleico, lo que generaría que “la industria aceitera quede afuera del nuevo estándar”, dijo Alba. Esta situación nos pondría en desventaja frente a Brasil, Paraguay y EE.UU. En el tren de lo que nos perderíamos, Alba también mencionó una nueva generación de soja RR -la RR2-, que confiere la misma resistencia al glifosato, pero optimiza los rindes. Mientras Monsanto amenaza con abandonar el negocio de la soja en la Argentina, Campos amenaza con no aprobar más eventos de la compañía y advierte que existen otras empresas de investigación. Y la novela continúa: según Alba, los exportadores “están muy preocupados por las demandas en Europa”. Pero, ni se mosqueó cuando se le recordó que fueron los exportadores quienes le ofrecieron a Campos parte del dinero para encarar las acciones judiciales en Europa.
El próximo round, quizás, no esté en el viejo continente, sino en el propio corazón de la dirigencia política: antes de iniciar un proceso de toma de muestras en otro puerto europeo, “estamos valorando involucrar a otras instancias”, como el Ministerio de Economía o incluso Presidencia, anticipó Alba.
Monsanto propone
“Aspiramos a cobrar un precio simbólico de u$s 1”.
Uso propio para el pequeño productor (el que explota 50 has. o tiene categoría de monotributista).
El vencimiento de la patente será en 2011.
Inversión en investigación de u$s 2 M.
Introducción de nuevas variedades de soja alto oleico y RR2.
Negocios en la gatera
En el encuentro con la prensa, las autoridades de Monsanto anunciaron dos nuevas líneas de trabajo, basadas en genética animal. Por un lado, la empresa prevé que en 2 o 3 años se presente en el país, en simultáneo con Brasil, un nuevo proceso de selección y cruzamiento para el mejoramiento porcino, a partir de una técnica no transgénica, sino de marcadores moleculares, para la identificación del gen que confiere determinada particularidad al animal.
Para el año entrante, Monsanto tendrá disponible una tecnología para elevar del actual 50 al 85% la parición de hembras bovinas, un sistema de gran importancia para el rodeo lechero. Si bien esta tecnología existe en la actualidad, la empresa promete ponerla en el mercado a un costo considerablemente más bajo.
Marianela Garbini |
