Mediante la resolución 645, que entrará en vigencia el 1° de noviembre y tiene un plazo de aplicación de 90 días prorrogables, el Poder Ejecutivo nacional fijó en 85 kilos el peso mínimo de media res en balanza oficial. Además, suspendió la matanza comercial de bovinos mamones y terneros, machos y hembras
El presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiaritti se manifestó a favor de esta medida y explicó que “tendería a evitarse la faena de animales livianos, cosa con la cual nosotros coincidimos”.
Así, destacó que “en la Argentina, el 20% de la faena es de terneros y, lo que es más grave, también terneras, animales muy jóvenes, con muy poco peso, y que podrían rendir más del doble”.
En este sentido, el dirigente consideró que “estamos haciendo una dilapidación del recurso” y manifestó que “me da la sensación de que es una medida acertada”.
De esta manera, Schiaritti resaltó que se trata de un “momento histórico para la ganadería argentina, con un mercado interno muy pujante y demandante en función de la recuperación de la masa salarial, y un mercado externo que está extremamente demandante hoy, y que seguirá demandante por los próximos 4 ó 5 años”.
Así, expuso que “toda la cadena ha concluido que la única manera de crecer es a partir del aumento de la producción, y esta medida tiende a eso”.
Con respecto a la posibilidad de que la resolución provoque una baja en el precio de la carne, Schiaritti señaló que la medida adoptada tiene que ver, por un lado, con la idea de incrementar la producción.
De esta manera, argumentó que “si aumentáramos el promedio de faena en 1K, generaríamos por año 12M de kilos más, y si aumentara en 50K el promedio de faena -cosa que no es descabellado en la Argentina- estaríamos produciendo 625 M de kilos más de carne, con el mismo stock y con la misma producción”.
Por otro lado, el dirigente consideró que “el Estado no busca que el precio de la carne baje, sino que no se dispare”.
En este sentido, destacó que “el gobierno es consciente que, cuando hay una demanda creciente de un producto y no aumenta la producción por problemas estructurales, como en este caso, hay aumento de precios”.
Así, explicó que “lo que el gobierno está intentando evitar es que se generen escapadas que puedan generar expectativas inflacionarias, como ocurrió en el mes de marzo”.
Schiaritti consideró que “se trata de una medida de más largo aliento, que tiene que ver con intentar corregir una deficiencia estructural”.
Asimismo, sostuvo que no sería la única medida para evitar la disparada de precios.
De este modo, expuso que “está el tema del precio del cuero que sí va a ser el amortiguador del aumento del precio de hacienda, si el Estado se decide finalmente a eliminar el régimen de privilegio que tienen las curtiembres desde hace más de 30 años”.
Verónica Scornik
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