Por más que insistan con sus acusaciones ilógicas está muy claro que la industria frigorífica intenta, por medio de agravios y argumentos mentirosos, crear una cortina de humo de modo de encubrir su incapacidad o falta de voluntad para cumplir el compromiso de mantener el precio de la carne al mostrador.
El sector de los curtidores cumplió con la totalidad del acuerdo firmado con el Gobierno Nacional, por el cual se está pagando el 5% más sobre el precio que se conviene entre proveedor y cliente en cada operación de compra de cuero vacuno fresco y salado.
Esto ya se pudo verificar con las facturas y comprobantes que remitimos a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación.
Aun sabiendo que no participamos en la formación del precio de la carne asumimos este compromiso en carácter de aporte solidario en pos de un objetivo social y a pedido del Gobierno Nacional con el fin de apoyar su programa económico.
Es necesario recordar que no sólo pagamos más por los cueros sino que además cumplimos con la promesa de no trasladar esta erogación extra al precio del cuero curtido que paga el mercado local de manufacturas y calzado, para así evitar que se encarezca la producción nacional con el consiguiente, y obvio, impacto inflacionario. No es verdad que el precio de compra del cuero crudo argentino sea bajo. Lo que está ocurriendo, en realidad, es exactamente lo contario: es superior a los del resto de la región.
De hecho, los cueros crudos argentinos son los más caros de Sudamérica, mientras que los cueros brasileños, nuestro principal competidor, cuestan casi la mitad que los cueros argentinos.
El mercado local sigue las tendencias del mercado internacional del cuero, circunstancialmente con tendencia a la baja por la disminución de la demanda, especialmente en el hemisferio norte debido a razones estacionales.
La diferencia de valores entre el cuero crudo argentino y el de otros orígenes, a los que se refiere la industria frigorífica, surge porque comparan con materia prima de calidad y condiciones de entrega muy superiores a la que provee la industria frigorífica argentina.
Esto ya fue demostrado técnicamente a través del estudio realizado por el CITEC, organismo dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Acusar falsamente es la maniobra que eligieron los frigoríficos para desviar la atención de la responsabilidad que tienen que asumir y del problema que presentan a raíz de la puja entre las exportaciones de carne y el consumo interno.
Eduardo Wydler
Presidente de la Cámara de la Industria Curtidora Argentina