Asimismo agregó: “Esto es evidente por los bajos precios que percibe el productor, los estrechos márgenes obtenidos en el resto de la cadena y las cada vez menores cantidades que se compran año tras año”.
Esto significó una reducción en los márgenes todo a lo largo de la cadena de demanda a un nivel que ya no es sostenible.
Esta situación se ha mantenido durante varios años; sin embargo, nunca ha sido tan crítica como hoy. Toda la estructura de la industria textil ha cambiado radicalmente durante los últimos tiempos, particularmente en indumentaria, donde la demanda por productos más baratos ha forzado a los fabricantes a buscar proveedores más baratos, lo que inevitablemente sedujo el uso de fibras más económicas y de calidad inferior.
“El consumidor ya no conoce el beneficio de comprar productos de lana y por lo tanto no se los demanda al minorista”, enfatizan.
El presidente del Grupo de Trabajo en Indumentaria de la International Wool Textile Organisation (IWTO), Jo Dawson, consideró que “el mundo ha empezado a olvidarse de la lana”.
Desde la organización creen que es el momento de cambios drásticos para el sector lanero. Han exhortado a que todos actúen de inmediato para mejorar la demanda por lana.