“La compra de carne con hueso y deshuesada, fresca o congelada, animales vivos para reproducción, semen y embriones, además de otros productos de origen bovino de Paraguay, sólo se cumplirá después de un análisis en ese lugar”, explicó el ministerio en un comunicado.
“La importación debe atender los requisitos sanitarios definidos por Brasil”, agrega la información.
Entre estas normas se incluye la exigencia de que los establecimientos exportadores sean habilitados por el Departamento de Inspección de Productos de Origen Animal del Ministerio de Agricultura y Pecuaria de Brasil, junto con el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal de Paraguay (Senacsa).
Los empresarios brasileños están pidiendo al gobierno mayores restricciones a la carne paraguaya y alegan que la liberación podría perjudicar los intereses de la ganadería local.
“Para que el productor brasileño pueda exportar carne a cualquier país se exige que los animales sean rastreados y queremos el mismo tratamiento para quien quiera exportar a Brasil”, señaló el presidente de la cámara de empresarios del sector, Antenor Nogueira.
Los empresarios brasileños alegan que la liberación podría perjudicar los intereses de la ganadería local.