La información la hizo pública hoy la Organización Internacional de Epizootías (OIE), que indicó en un comunicado que la primera confirmación del brote la tuvieron las autoridades veterinarias bolivianas el pasado 5 de mayo.
En declaraciones a agencias internacionales, un portavoz de la OIE señaló que se están tomando medidas para minimizar la epidemia, entre las que destacó una cuarentena en la región, el control de los movimientos del ganado dentro del país y la puesta en marcha de una campaña de vacunación.
Puesto que se trata de un brote bastante delimitado y de una enfermedad que no puede transmitirse al hombre, no se contemplan medidas de prohibición particulares de entrada o salida del ganado del país.
Según los datos aportados a la OIE por el director nacional de Sanidad Animal del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia, Ernesto Salas García, el evento comenzó el 23 de abril y el foco se localizó en Chuncusla, en el municipio de Monteagudo, provincia Hernando Siles, del departamento de Chuquisaca.
Se trataba de una granja porcina de explotación intensiva de 3.000 animales destinados a la producción, donde inicialmente murieron 158 lechones en 15 días, hecho que no fue notificado inmediatamente al Servicio Oficial Veterinario.
De las 19 muestras recogidas por el veterinario de la granja, los análisis de la prueba ELISA dieron nueve positivos a la presencia de anticuerpos de Aujeszky, y a continuación el Servicio Oficial Veterinario obtuvo 28 positivos de 159 muestras en una decena de explotaciones del mismo municipio.
Las autoridades no establecieron aún el origen de la epidemia y se baraja una posible introducción de nuevos animales o productos de origen animal, procedente de otras regiones.