Una de las principales características cuando se comienza a hablar de un tractor es su potencia, ya que brinda una información comparativa sobre la capacidad de realizar determinado trabajo en relación con un tiempo. En estas máquinas que arrastran a otras las variables son la fuerza y la velocidad.
Generalmente existe una gran confusión entre los compradores de un nuevo tractor cuando se habla de potencia. Esto se debe a que existen, por un lado, nombres comerciales donde se emplean números que comúnmente se confunden con la potencia y, por otro lado, valores de ensayo que dan los fabricantes e importadores que vienen acompañados o no por siglas diversas que el común comprador no entiende. Para el hombre de campo es normal la expresión de caballos flacos y percherones.
La potencia de un motor o un tractor se mide mediante un instrumento especial llamado dinamómetro, con el cual se valora la velocidad (régimen de funcionamiento rpm) y la fuerza o torque. Para lograr estos parámetros el laboratorio de ensayos emplea diferentes métodos o recetas denominadas normas técnicas, tanto internacionales como nacionales. A estas normas se refieren las siglas y/o números que generalmente acompaña el valor expresado en un folleto o documento comercial.
La más comúnmente empleada es la norma SAE que establece que el motor debe ser ensayado prácticamente en condiciones de terapia intensiva sacándole componentes esenciales que consumen potencia, como son el generador eléctrico, bomba de agua, ventilador, filtro de aire, caño de escape, etc. Esto implica que el valor de potencia obtenido será más grande del que se obtiene en el uso diario y normal cuando al motor hay que ponerle todos esos accesorios. Estas diferencias varían de motor a motor, pero en términos generales se aproximan a un 15 %. Para clarificarlo con un ejemplo, un tractor promocionado con 100 CV SAE en realidad tendrá 85 CV.
Las normas alternativas DIN, muy empleadas por los laboratorios de ensayo, prueban a los motores con todos sus componentes no existiendo esas diferencias.
Como se habrá notado hasta ahora sólo hemos hablado de motores sin tomar en cuenta al tractor en su conjunto. Existen pérdidas de transmisión entre el motor y la toma de potencia o las ruedas, lugares donde el productor emplea el trabajo útil de la máquina. Existen ensayos bajo normas IRAM y OCDE que buscan medir esta potencia útil. Estos son los valores más cercanos a la potencia real que podremos emplear en el campo.
Jorge Hilbert
Especial para Infocampo
