Por ende, la producción estimada rondará las 259,3 millones de toneladas, un 10,5% menos que en la campaña anterior, que fue excepcional, pero coherente con el promedio de los últimos siete años.
Según se especificó, el descenso de producción se debe a la fuerte sequía registrada en la Península Ibérica, la vuelta a un nivel de abandono obligatorio del 10% (la campaña anterior fue un 5%) y condiciones climáticas en general desfavorables.
La superficie de maíz, en tanto, se redujo un 4,4%; la de colza se incrementó un 3,5%, mientras que la de remolacha cayó un 1,9%.