La cuenca da para más. Las condiciones agroecológicas de la región permiten que el productor pueda retener parte de sus terneros de destete evitando malvenderlos y que obtenga un incremento en los márgenes brutos del negocio. De esta forma, el engorde de la ternera hembra puede permitir el entore adelantado a los 15 meses de edad y la invernada de machos le da una entrada extra en dinero y en época al criador.
Uno de los secretos es tener en cuenta el potencial forrajero del establecimiento y decidir qué porcentaje de los terneros se conserva, planificar el engorde para que se realice en no más de 10 meses y considerar siempre que, al incorporar esta práctica en el campo de cría, ésta se hace con el criterio de “fusible”: si falta pasto para las vacas deberá eliminarse y destinar los recursos forrajeros a las madres.
Apuesta: Según los ingenieros Angel Javier Freddi y Sonia Arias, de la Facultad de Agronomía de Azul, la inclusión de silajes de sorgo a estos sistemas permite estabilizar la producción anual y balancear la dieta respecto de la relación energía-proteína que presentan los forrajes en condiciones de otoño. En experiencias realizadas utilizando el silaje de sorgo como parte de cadenas forrajeras junto con verdeos o promociones de raigrás, se han podido mantener cargas elevadas en el campo (800 kg/ha de carne en invierno) con ganancias de peso del orden de los 750 a 800 g/animal y por día. La fertilización de las pasturas es otra de las claves.
Milva Beloso
Especial para Infocampo