Así lo expone la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. La consecuencia negativa de esta situación radica en los inconvenientes y retrasos para la finalización de la cosecha de maíz y soja por falta de piso.
Desfavorables. En tanto, para el centro sur de Buenos Aires y algunas zonas de La Pampa, fueron esquivas. Asimismo, estiman que se reduzcan las lluvias en los meses venideros.
Frente a esa situación, desde la entidad recomiendan economizar el recurso disponible.
“La falta de condiciones óptimas en esta zona triguera y el incremento en el costo de los insumos para este cultivo mantienen la indefinición de los productores respecto de la cantidad de hectáreas que destinarán al cultivo”, advierten.
Intención. Respecto de la superficie a implantar con trigo, los reportes indican un probable aumento del área en las provincias norteñas y en Córdoba, donde las condiciones son buenas.
Especifican desde la entidad que “por una necesidad derivada de las rotaciones, las hectáreas dedicadas a este cereal se mantendrían en la magnitud similar a la campaña pasada en la región central, a excepción del norte de Santa Fe, donde es probable que sufra una reducción importante”.
En el sudoeste bonaerense, la problemática actual está dada por los factores edáficos y económicos. “Por la relación insumo-producto, debido a la suba en el precio de los fertilizantes”, advirtieron desde la Bolsa de Cereales.
Costos. En cuanto a los incrementos en los costos, comentaron que el precio de la urea y de los fertilizantes fosfatados retraen la intención de siembra en diferentes regiones del país. “Los arrendatarios son los primeros en reaccionar”, dijeron.
En la región triguera por excelencia tiene plazo para extender la implantación del cultivo hasta agosto y definirán según evolucionen las condiciones climáticas. “Si esto no sucede, impactará en la superficie total nacional”.
