El mercado mundial de aceite de oliva produce 2,4 millones de toneladas, de las cuales el 50 por ciento proceden de España. De las explotaciones argentinas, en tanto, se obtienen entre 14 y 18 mil toneladas. Apenas 5 mil toneladas son destinadas al consumo interno y el remanente se destina al mercado internacional.
Si bien la actualidad nacional representa menos del 1 por ciento del mercado mundial, “Argentina tiene una proyección muy grande a futuro, de llegar a unas 70 mil toneladas de producción en un plazo no muy prolongado, a partir de los diferimientos impositivos, que llevaron a la implantación de gran cantidad de hectáreas”, explicó Alejandro Capillo, director de negocio de la firma Solfruit.
Pero esta potencialidad del producto nacional necesita de medidas gubernamentales que “acompañen este apoyo original a la actividad”, como la reducción a las rentenciones a las exportaciones (actualmente son del 5 por ciento para esta economía regional).
“Para alcanzar una buena competitividad del producto también se requiere bajar los costos de los envases. Nosotros hasta estamos pensando en importar las botellas de vidrios desde Chile o Brasil”, advirtió Capillo.
La empresa, una de las más grandes de sudamérica, tiene en la actualidad unas 900 hectáreas en producción en el departamento San Martín, a 60 kilómetros de la capital sanjuanina y otras 1.300 hectáreas recientemente compradas con las que se ampliará la producción, especificó Diego Maldonado, director de producción de Solfruit.
En la planta, se procesa un 30 por ciento de producción propia y el 70 por ciento restante lo adquieren a productores de la región, bajo un sistema de control de calidad exhaustivo y aprovisionamiento de asesoramiento técnico y de insumos.
Del total implantado, unas 200 hectáreas son orgánicas certificadas, destinadas a los mercados internacionales. “Los mayores costos que significan producir en orgánico se justifican por la seguridad de los mercados de colocación, más que por los sobreprecios que se pueden estar pagando en la actualidad”, explicó Capillo.
El tema del precio del producto es otra cuestión a tener en cuenta, en función de la continuidad de la actividad: Quienes también “decisivos en cuanto al futuro de la actividad son los consumidores, a partir de una toma de conciencia de que un producto de calidad no puede ser mucho más barato que los $15 a los que se comercializa el medio litro en góndola”.
Capillo advirtió que “cuando es más barato, por algo es y seguramente hay algo raro”, como cortes con variedades puras y refinados de menor calidad y hasta de aceites producidos con orujos, que están prohibidos en el mercado.
Con una capacidad de molienda de 20 millones de kilos, “lo más importante es que hemos hecho un desarrollo comercial fuerte en Solfuit: trabajamos para 7 supermercados y 37 referencias de productos”, puntualizó el responsable comercial. Con esta base, la empresa exporta a Chile, Uruguay, Brasil, EE.UU., Inglaterra y China, con continuidad.
Marianela Garbini -mgarbini@infobae.com
