Si como se comenta el secretario de Agricultura, Miguel Campos, viene dejando en manos de los sociólogos Heriberto Muraro y Héctor Stupenengo la elaboración de su imagen ¿no sería conveniente incluir en ese “dream team” a Madelyn Spirnak? Preguntamos esto, porque la asesora en biotecnología del Departamento de Estado norteamericano, con su sola presencia dejó en claro cómo debe actuar un gobierno. “Mi viaje no tuvo como fin este tema en particular, pero se trata de algo importante para una empresa de mi país (Monsanto) y desde el gobierno damos nuestro apoyo”, declaró a la prensa local. O sea, el eslogan clintoniano “es la economía, estúpido”, está más vigente que nunca. Un gobierno de un país que tiene políticas de Estado.
¿Por qué le vendría bien a Campos? Porque no sólo tiene que trabajar hacia el afuera. Dentro de la administración Kirchner parece que sólo está para recibir los palos. Si no ¿por qué circulan versiones permanentemente sobre peleas internas en la Secretaría o reprimendas presidenciales? También es cierto que no es fácil ser funcionario de este gobierno. “Si no bajan el precio de la carne, cerremos Liniers”, le habría disparado el malhumor presidencial a un demudado Campos. No son asesores de imagen lo que más parece necesitar, en este momento, el titular de la SAGPyA. Pero si es cierta esa versión sobre el pensamiento del presidente Kirchner, no hay mucho margen para la esperanza de encontrar caminos para el diálogo.
El ministro Roberto Lavagna, que no recibe a las entidades rurales, desde el exterior hizo circular la versión de un aumento en los derechos de exportación para lácteos que pasarían del 5 al 15%. En Buenos Aires, los empresarios nucleados en el Centro de Industriales Lecheros se manifestaron “sorprendidos”. No tenían la menor idea sobre el asunto. Y el Presidente también redobló la presión sobre el sector cárnico. Allí hay sintonía. Malas noticias para el sector, que necesitaría hoy, en forma apremiante, una dirigencia a la altura de estos desafíos.
¿Se alcanzará finalmente un acuerdo entre Campos y Monsanto? Porque si bien es la empresa que lidera el reclamo por un régimen que ampare el comercio de semillas autógamas (unos U$S 600 M/año), no cabe duda que toda la industria está en la misma sintonía.
En definitiva, lo que está en juego, no son los negocios que ya se hicieron, si no los que restan por venir.
Por eso, es hora de menos confrontación y más diálogo.
Daniel Díaz | ddiaz@infocampo.com.ar
