¿Por qué seguimos intentanto matar al cartero? Uno pregunta porque además de errarle el tiro, es una tarea destinada, de antemano, al fracaso. Sin embargo, todavía hay quienes persisten. Como Gustavo Cinosi, el presidente de ExpoChacra. Habano entre los labios y con un ejemplar de la edición pasada de Infocampo entre las manos, muy lejos del espíritu que anima a empresas como La Nación o Exposium, decidió dedicar una parte de la mañana del viernes pasado a pelearse con nosotros. La nota sobre la muestra titulada “Más de lo mismo” pareció provocarle un desequilibrio emocional. Porque lo lógico hubiese sido conectarse con el editor (yo) para manifestarle su fastidio, enojo, malestar, bronca, ofuscación o lo que fuere. Pero no. Y a pesar de estar en el predio, eligió como blanco a nuestra periodista Verónica Puig. “Este pasquín que no lee nadie”, o “las chicas lindas de Infocampo que no saben nada de campo”, fueron algunas de las lindezas que eligió este hombre que jamás se dejará seducir por la ironía o la sutileza. “¿Vos sabés quién soy yo? Yo soy el diario La Nación”, se preguntó y respondió. Bueno es de imaginarse las caras de Claudio Escribano o Julio Saguier o de los cientos de periodistas del diario cuando lean estas líneas. Cuando conocí el hecho le hice saber a la gente de prensa que estaba a su disposición para discutir personalmente con él. Silencio. El sábado, Infocampo con su móvil transmitió durante tres horas desde el predio de Theobald. Tampoco Cinosi apareció. La nota en cuestión, como la cobertura que hicimos de Feriagro, no fue dura, ni tergiversando la realidad. Simplemente contamos (¿se le habrá hecho intolerable?) lo que veíamos. Como no tuve oportunidad de hacerlo personalmente lo aclaro ahora. Sostengo cada palabra escrita por Verónica Puig. No creo que represente la historia del diario La Nación o Exposium. Los hombres hacen al cargo. No al revés. El problema no somos nosotros. ¿Qué dicen sus socios de la evolución del negocio? ¿Están contentos? Porque además del malestar que detectamos entre los expositores es dable suponer qué puede pasar por la cabeza de aquellos que decidieron invertir a fines de 2001, y nadie les avisó que el país estaba por explotar. O que después se iban a encontrar con la enorme competencia de otro grupo. Para quienes recorrimos las ExpoChacras del ’96 o del ’97 es todo un símbolo ver la foto de las megamuestras de hoy. Triste, doloroso y final Por cierto, Cinosi, quo vadis significa ¿a dónde va? Para la próxima le sugiero calma. Y si quiere debatamos. Yo estoy dispuesto.
Daniel Díaz | Gerente de contenidos de Infocampo