1- Después de varios ofrecimientos, nace María Teresa Sur
Luego de recibir distintas propuestas, en abril de 2003 Peluffo y su socia, María Eugenia del Puerto, -hasta entonces propietarios de varios tambos en Buenos Aires- alquilaron 124 hectáreas en Acevedo (partido de Pergamino) por un plazo de 7 años y a un valor anual de 12 quintales de soja por hectárea. Los arrendamientos se pagaron a valor soja al momento de la liquidación.
2- Las primeras inversiones de la empresa
En el período 2003/04 se construyó un tambo de 28 bajadas con buenas comodidades de trabajo. Y se puso en funcionamiento en febrero de 2004. Además, se realizaron obras y reparaciones entre las que figuran la construcción de aguadas cada 4/6 hectáreas en el campo alquilado a 7 años. Se ingresaron 600 vientres a parir en dos etapas durante 2004.
3- El aporte de capital ajeno fue primordial para el desarrollo
La hacienda ingresada se tomó como un aporte de capital ajeno, con contrato de capitalización en el cual los dueños reciben el 10/11% del importe de la producción de sus vacas como interés del capital; de esta manera, de un vientre de 2.000 pesos, resulta un interés anual del orden del 14%. Al terminar el contrato los dueños reciben el mismo número de animales aportado.
4- La implementación de un modelo de Nueva Zelanda
Todos los tambos de Peluffo y Del Puerto son operados con la metodología de socios tamberos (en la foto Sergio Batalla y Lorena Dal Von). Este sistema de trabajo es adaptado de Nueva Zelanda, el país que produce la leche más barata del mundo y que exporta alrededor del 90% de su producción, además de tener mucha gente trabajando sin recibir ningún subsidio estatal.
5- Repartir las ganancias hasta el final
La sociedad, luego de pagar los diferentes insumos, distribuye los beneficios del ejercicio en un 50% para ambas partes societarias. En caso de que el ejercicio arroje un resultado negativo, la pérdida corre por cuenta del socio administrador, María Eugenia del Puerto y Luis Peluffo (foto). En 2002 no hubo prácticamente nada para repartir. Pero 2003 fue un buen año y 2004 también.
6- Los nuevos proyectos y las mejoras tecnológicas
Los tres tambos de la zona oeste tienen pariciones entre febrero y abril. El mismo esquema será aplicado en el tambo de Acevedo. En la actualidad, Peluffo y Del Puerto están terminando de montar otro tambo (establecimiento “La Lucha”) en Pearson (partido de Colón) que tendrá 42 bajadas con un ordeñe de 800 vacas. El mismo está en un campo de 750 hectáreas alquilado a un plazo de 7 años.
El engorde a corral para agregar valor
De acuerdo con datos extraoficiales, la hacienda terminada a corral el año pasado superó en más del ciento por ciento a la de 2002. Serían alrededor de 2 M de cabezas.
Una baja en el valor del maíz ha alentado a que muchos productores vean en el feedlot un negocio sumamente rentable a la hora de engordar animales. Pero hay que tener cuidado, no todo lo que brilla es oro. “Que este cereal esté bajo ahora es un arma de doble filo, porque eso puede general que aparezcan productores que improvisen corrales para terminar su hacienda, y a la hora de competir luego en la venta haya una gran oferta, lo que puede hacer que se desplome el precio,” dijo a Infocampo el ingeniero Rodrigo Troncoso, gerente general de la Cámara Argentina de Engordadores de Hacienda Vacuna. Otro punto importante es que el precio de la invernada está bastante caro y no es tan simple la reposición.”El engorde a corral es más eficiente que el engorde a pasto, de esto no hay duda, el tema es que mucha gente entró a este sistema por el aumento de la siembra para cosecha o por alguna sequía. Y lo interesante es que no hay vuelta atrás, nadie retrocede en tecnología. Los productores que prueban, si después liberan el campo de la soja, por ejemplo, meten más vacas o más terneros a recriar, pero mantienen los animales de engorde en corrales”, comentó el ingeniero. Actualmente hay alrededor de mil feedlot sólo en la provincia de Buenos Aires.
Alejandro Cavalli
