Es posible hacer girasol en siembra directa y con buenos resultados. Así lo aseguró un grupo de especialistas que hace tiempo trabaja en el diseño de un paquete tecnológico para mejorar el comportamiento del girasol en distintas zonas del país. En el establecimiento La Carreta, de Coronel Suárez, en Buenos Aires, los avances son importantes, pero las limitantes marcan un desafío para demostrar que se puede. Técnicos de Basf, Monsanto, Bayer, Rizobacter y Profertil trabajan en forma conjunta tras el mismo objetivo. Alberto Peper, coordinador técnico del cultivo de Monsanto, explicó que el sistema contempla desde el tratamiento de la semilla -aplican Gaucho- hasta la cosecha. Para incrementar el rendimiento, enfocan en el número de plantas. Las pautas consideran el incremento de plantas por hectárea. Actualmente son 45 a 55 por ha. Este sistema trabaja con 60 plantas por ha. Para ello recomiendan el cuidado a la hora de la siembra y demuestran los beneficios del sistema desarrollado por Ricardo Baumer, con el accesorio para descompactar el suelo y hacer una fertilización profunda a 20 centímetros. Cuidan además la uniformidad de emergencia y la obtención de lotes parejos. Para el control de plagas, utilizan productos de Rizobacter para combatir babosas y bichos bolita. Trabajan también con un producto que la próxima campaña estará en el mercado- Poncho Sol de Bayer, contra la oruga cortadora y repelencia a palomas. Para proteger el cultivo que tiene una alta densidad de plantas, buscan bajar la altura, actualmente miden entre 1,70 y 1,80 metros. Con la aplicación de reguladores de crecimiento bajaron el tamaño en 20 a 30 centímetros. Adolfo Mártire, de Basf, dijo que la fertilización es otro elemento determinante. “El girasol necesita tanto nitrógeno como el maíz. Calculamos 40 kilos por cada 1.000 kilos de grano producido. Con el uso de todo el paquete apuntan a rendimientos de 3.000 kilos por ha”. Las limitantes: lograr mayor desarrollo radicular de las plantas, la eficiencia de la aplicación del herbicida Clearsol, ya que si no llueve en los 15 a 20 días venideros, baja el efecto y la residualidad.
Verónica Puig | Enviada especial a Coronel Suárez
