A finales de noviembre de 2004, técnicos del INTA San Juan observaron algunos síntomas sospechosos en ciruelos y damascos en la localidad de Pocito, cuyas muestras enviadas al INTA Junín fueron inspeccionadas visualmente y sometidas a análisis serológicos, confirmándose la presencia de la enfermedad.
A raíz de la aparición, el Senasa dispuso medidas cuarentenarias para la erradicación del monte enfermo y el análisis de los cultivos circundantes.
La resolución 24/2005, emitida hace 10 días, dispuso la prohibición del movimiento de material vegetal de propagación en todo el país y la obligatoriedad de denunciar la presencia de síntomas sospechosos de la enfermedad. Consultado por Infocampo, el Ing. Agr. Jaime Ortego, director del INTA Junín de los Andes, estimó que “hay que establecer un plan de control integral, monitorear la enfermedad, tomar muestras, hacer análisis y erradicar los montes enfermos. Es necesario que exista un programa que asegure la provisión de plantas libres de la enfermedad a los fruticultores, en lo cual el INTA Junín viene trabajando desde hace unos años”.
Ortego aseguró que “controlar los pulgones no contribuye mucho a evitar la dispersión del virus. Lo del tráfico de material es muy grave y ésta es la forma como el virus llega a nuevas áreas o países”.
Laura Freidenberg | Especial para Infocampo