Diana Friz, productora agropecuaria tanto de la zona norte y sur de Córdoba, como de la zona oeste de Buenos Aires y también de La Pampa, manifestó en Infocampo TV su disconformidad frente al sistema implementado por el SENASA para realizar la trazabilidad del ganado y también la de otros productos.
Mientras tanto, la Unión Europea estableció exigencias nuevas para la trazabillidad y la Argentina no tiene actualmente un sistema que le permita adaptarse con facilidad a estos requerimientos.
Según Friz, la trazabilidad “tiene mucho sentido”. Esta productora, está de acuerdo con las exigencias que permiten conocer mejor la proveniencia de los alimentos, y considera que el productor podría adaptarse a un nuevo sistema, a través de una persona que le enseñe como aplicarlo. “A nivel empresarial tiene cierto costo pero no es tan complicado”, expresó.
Asimismo, sostuvo que si se quiere mantener los precios de la producción, que son menores a otros países pero no malos, se debe implementar la trazabilidad. Aseveró que “hoy no se premia al que traza sino que se castiga al que no lo hace”. Consideró que se trata de una inversión necesaria, que no se puede evitar, “que tenemos que hacer todos y que estamos dispuestos a hacer”.
El problema para esta productora radica en el sector público, más específicamente el SENASA, que actúa como limitante frente a las posibilidades de agilizar la trazabilidad y hacerla más eficiente. “El problema es que no funciona SENASA”, disparó Friz. “La gente en la oficina de SENASA hace lo que puede, pero no puede porque no le dan las herramientas necesarias”. Por otra parte, expuso que SENASA emite resoluciones y leyes que pueden ser interpretadas de cualquier forma. “Yo tengo que trabajar con 4 oficinas de SENASA distintas, el norte de Córdoba, en sur de Córdoba, La Pampa y provincia de Buenos Aires”, explicó, “y, en estos tres años, le aseguro que no hubo ni una sola vez que los cuatro jefes de los cuatro SENASA interpretaran de la misma forma las resoluciones”. Para Friz, la ley está “mal hecha”, y fue “poco pensada”, por eso, “es tan complicada de llevar a cabo que no puede funcionar”. Comentó, por ejemplo, el caso del destete de terneros realizado hace una semana en la provincia de La Pampa. Así, explicó todo el proceso mediante el cual a un ternero se lo saca de la madre y se queda sin leche. “Imagínense que a un bebé de un año no se lo puede tener encerrado días”, explicó, “no sólo lo tienen que sacar, sino que le tienen que poner una caravana, lo tienen que vacunar contra aftosa, le tienen que poner a las hembras otra vacuna de brucelosis y tienen que hacer un papelito donde organizar de todos los terneros una caravana”. Así, explicó que recién después de haber hecho todo eso el productor se puede acercar a la oficina del SENASA donde hay UNA persona, que maneja UNA computadora, que no está conectada en red con ningún lado. Luego tiene que imputar todos los números que trae cada productor. “No somos los únicos productores que hacemos esto, son varios en este momento así que estás haciendo una fila de 3 a 4 horas hasta que te toca, bloqueás 2 horas la computadora mientras espera otro, después cierra SENASA y se van, el pobre ternero se queda a la espera un día más”. Agregó que “antes tenés que pedir los camiones, que vengan, no los podés pedir si no sabés si sacas la guía, es todo muy engorroso y muy poco práctico”. Friz expuso que el jefe del SENASA debería acompañar, sólo por una vez, al productor en su día de campo, para ver la forma en que tiene que trabajar la gente. Por otra parte, informó que “no sólo para salir pero para recibir en otra provincia Ud. tiene que hacer el mismo trámite, los mismos números”, explicó, ya que no existe una red que permita que lo que se ingresa en La Pampa esté automáticamente en Buenos Aires. Así, hay que realizar el mismo trámite de nuevo, lo que resulta realmente tedioso. “No tienen ni la plata para pasar un fax”, agregó Friz.
Queda claro que si esta infraestructura no se modifica, la trazabilidad nunca podrá alcanzar los estándares requeridos internacionalmente.
Verónica Scornik
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