-¿Cómo llegás al censo de 1895 y cómo va tomando forma este libro?
-Accedo a través de la biblioteca genealógica de la Iglesia de los Mormones, acá en Santa Rosa. Esto me permite una primera lectura y listado en donde incluyo a todos los individuos con apellido de origen araucano y a los apellidos hispano criollos que me parecían de origen indígena. Luego los someto a otro análisis, revisándolos con datos de registros civiles, por ejemplo.
-Es un libro de varios años de trabajo.
-Sí, puntualmente empecé a investigar este tema en 1987. En ese lapso saqué también otro libro, Los Rostros de la Tierra, que son imágenes de indígenas de La Pampa referenciados con nombre y apellido. Fotografías de época, no de archivo, sino que estaban en poder de familias.
-¿Existen antecedentes literarios de investigación al respecto?
-Justamente, una particularidad es que este libro, hasta donde conozco, es el único que existe para una zona de la Argentina, o de América, donde están consignados con nombre y apellido todos aquellos individuos que quedaron con vida luego de la conquista.
-¿Qué autores te ayudaron en tu formación?
-Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Edgar Morisoli y Ricardo Nervi, entre otros.
-¿Qué pensás del ofrecimiento que los Benetton hicieron a los mapuches?
-Sin haber seguido particularmente el tema, creo que no escapa a la regla general de aquel despojo consumado hace cien años a los pueblos originales. Se suma ahora el que ha sufrido en la última década la nación argentina, donde la pérdida de soberanía se está dando ya a niveles escandalosos. Hay una frase que yo siempre uso, que la acuñé de apuro en una charla, que es que los indios de ayer somos los argentinos de hoy. Justamente de esa manera se está repitiendo esa historia.
Alejandro Cavalli
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