El director de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA), José Luis Aiello, afirmó, en el marco de la manifestación de roya de la soja en EE.UU., que esta enfermedad fue favorecida por el escenario climático presente en el país antes de su aparición. “Se dieron las condiciones que son propicias para que el patógeno actúe”, explicó, “hay un rango de temperatura, el ideal es entre 16 y 24 grados, y también un número de horas con humedad de hoja. Se dieron esas condiciones y la roya apareció por primera vez, a pesar de que en EE.UU. ese fenómeno se viene monitoreando desde 1970”.
Por otro lado, sostuvo que los huracanes que azotaron la zona en los últimos tiempos también tuvieron que ver con la posterior manifestación de roya ya que el patógeno se transporta por los vientos, que constituyen un flujo permanente de aire. Así expuso que, “si bien es bastante complicada la circulación general de vientos, esa puede ser una de las causas”. De esta manera consideró que, de repetirse estas condiciones climáticas el año que viene, EE.UU. podría volver a tener roya.
Con respecto a la Argentina, comunicó que los primeros ataques aparecieron durante los años 2001 y 2002 y opinó que, probablemente, reaparecerán brotes de este tipo. Aiello pronosticó que toda la región sudamericana productora de soja padecerá problemas de roya en los próximos años. Informó que, en el caso de Brasil, el país sufrió, en su campaña anterior, daños significativos sobre el 70 por ciento de la producción, lo que le provocó pérdidas por casi 2 mil millones de dólares. “Argentina sin dudas tendrá esos problemas en los próximos años”, opinó.
Asimismo sostuvo que, si bien mucha gente mantiene el escepticismo alrededor de la idea de monitorear los cultivos, esto es necesario para poder detectar un posible ataque. En relación a la humedad de la hoja, afirmó que existen metodologías para medirla. “Nosotros tenemos en este momento una alternativa que se está instalando en toda la provincia de Entre Ríos”, explicó, “que es la primera red agrometeorológica privada. Es un sensor de temperatura en la hoja que monitorea permanentemente el cultivo. Los datos se transmiten telefónicamente y esto permite hacer el monitoreo de la enfermedad”.
Para Aiello, se trata de una alternativa verdaderamente interesante que trabaja en tiempo real. De esta manera, el usuario poseedor del equipamiento indicado podrá observar como se van desarrollando aquellas variables que pueden actuar como disparadores de la enfermedad. “Quiero aclarar que eso conforma una suerte de alerta”, agregó, “después el problema de tratamiento y ataque a la enfermedad ya depende de los técnicos”.
El director de la CCA, informó que este verano será normal aunque tendrá ciertas inestabilidades debido a que el Océano Pacífico está “en una situación de niño débil. Esto es un escenario bastante interesante para la Argentina y es todo lo que nosotros estamos pronosticando para el resto de la cosecha gruesa”, concluyó.
Verónica Scornik
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