La empresa Barenbrug Palaversich desarrolló un estratégico sistema que pretende maximizar la producción de pasturas y, en consecuencia, la ganadera, a través de la optimización intensa de los recursos que ofrece cada unidad productiva.
Juan Bologna, representante de Palaversich, explicó que “como parte de nuestra estrategia de desarrollo de productos, estamos implementando, en diferentes zonas del país, sistemas de producción que se basan en una combinación de diferentes tipos de pasturas y el objetivo principal es maximizar la producción de pasto, optimizar la utilización del pasto que se produce, utilizar categorías que sean eficientes y, sobre todo, poner a disposición de los productores una herramienta que ellos puedan trasladar perfectamente a sus campos porque se trata de opciones sencillas, flexibles y de muy fácil implementación”.
Según Bologna, esto sirve para que el productor, que quizás tiene un campo marginal, se cuestione porqué tiene menos rindes que un campo totalmente ganadero y decida revertir esta situación. Asimismo, sostuvo que el negocio ganadero está sufriendo grandes transformaciones debido probablemente a “la relocalización que está experimentando, o porque la producción ganadera se ha visto acorralada por la creciente agriculturización sobre los mejores campos”. Así, explicó que la producción ganadera fue desplazada hacia los peores campos dentro de un mismo establecimiento, o corrida hacia el oeste y el norte en campos más limitantes para la producción agrícola. “Lo que nosotros queremos transmitir es que los campos que tienen aptitud ganadera, si bien son campos marginales para la producción de granos, tienen un potencial excelente para la producción de pastos”, destacó. “Son campos que no tienen porqué estar condenados eternamente a producir los 100 kilos de carne por hectárea que históricamente han producido, como por ejemplo el caso de la Cuenca del Salado.”
En cuanto al peso diario que aumentan los animales, Bologna explicó que se trata de
procesos de producción cortos, de entre 9 y 11 meses, en los cuales las ganancias de peso objetivo que la empresa se propone, no bajan de los 800 gramos por día. De esta manera, pretenden que, al llegar fin de año, el animal esté “terminado” de acuerdo a las exigencias del mercado interno. “Para lograr eso, alcanzamos categorías muy eficientes”, agregó “animales jóvenes que tienen una alta capacidad de conversión de lo que comen a músculo, a carne, que en definitiva es lo que vende el productor”.
Para Bologna, las claves del sistema radican en definir adecuadamente qué es lo que se pretende, y también conocer en profundidad los recursos disponibles. Destacó la necesidad de trabajar teniendo en cuenta el conocimiento de los recursos, ya sea respecto al suelo, al clima o a la situación particular económica financiera de cada empresa. Finalmente enfatizó que se debe “planificar la producción de pasto con categorías adaptadas a cada ambiente, optimizar su utilización aplicando un sistema de pastoreo rotativo y controlado, usar categorías de animales jóvenes -que son muy eficientes en la conversión de este pasto a carne- y usar estratégicamente la suplementación, planificación e implementación de reserva para los períodos en los cuales la producción de pasto se restringe, como es el invierno y eventualmente también el verano”.
Verónica Scornik
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