Sólo dos países son los que cuentan con un mercado desarrollado en el uso del etanol como combustible, Brasil y EE.UU. En el caso de Brasil, el uso del etanol fue fomentado para reducir la importación de petróleo y el flujo de divisas que ello implicaba. Brasil es el mayor productor y consumidor mundial. Se reemplazaron las naftas por etanol generado a partir de la caña de azúcar, como una respuesta a la crisis del petróleo de los ’70. Esta es una de las ideas del trabajo de Gustavo Vergagni, a pedido de Maizar.
Allí señala que hoy, si bien continúa comercializándose el etanol para ser usado en su forma pura, su mayor uso está dado por la mezcla con las naftas, en general al 22%.
En tanto, los cuatro factores básicos que han favorecido su uso en los EE.UU., han sido el intendo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aumentar la seguridad de un suministro de energía sostenible, disminuir los riesgos ambientales y fomentar la generación de empleo en el área rural.
En EE.UU. la principal fuente a partir de la cual se obtiene el etanol es el maíz, 93% del etanol proviene de ese cultivo. La demanda de etanol ha subido de unos 750 M de litros por año a comienzos de los ’80 a casi 10,6 mil M de litros en el 2003. La capacidad de producción instalada, que en 2003 se estimaba en 11,7 mil M de litros/año, podría elevarse a casi 14 mil M litros/años en los próximos dos años.
La producción del etanol total para 2004 se estima a 13,2 mil M de litros, 25 % más que la producción del 2003. Esta industria gastará casi U$S 4.600 M. La mayor parte de ese gasto, U$S 3.200 M, será en el maíz y otros granos usados como la materia prima.
La producción del etanol absorbe el 13 % del total de la producción anual de maíz, siendo el tercer destino del mismo. Ya se está experimentando producir etanol a partir de sustratos de biomasa. Se estima que la industria del etanol aportará al PBI de EE.UU. unos U$S 8.900 M en el 2004, y ocupará poco más de 200.000 personas.
Dadas las múltiples interrelaciones económicas, sociales y ambientales, es evidente que la implementación exitosa de la producción de etanol como combustible requerirá que los sectores interesados establezcan un marco normativo conjunto. Si este es el objetivo el progreso de la producción, combinando los intereses de los operadores de las plantas, de los productores, de los proveedores y el gobierno, debe ser la herramienta.
