La devaluación del año 2002, unido a un ciclo de altos precios internacionales para los principales productos agrícolas exportables, mejoró notablemente los términos de rentabilidad de gran parte de los productores.
La recuperación de la actividad agropecuaria reactivó la economía en general -sobre todo la del interior del país-, especialmente la industria y los servicios vinculados, mejoró la recaudación fiscal y el ingreso de divisas.
Pero no hay ningún milagro ni es consecuencia de decisiones políticas que el país haya adoptado.
Sin embargo, la Argentina continúa sin tener política agropecuaria a pesar de que el complejo agroindustrial alimenticio y de servicio es el que produciendo alimentos, generando empleos genuinos, reteniendo población en el interior productivo, poniendo en marcha la economía, aportando al erario público y generando alrededor del 60% de las divisas de exportación, contribuye marcadamente a brindar respuestas positivas a aspectos centrales de la crisis nacional como son el hambre, la desocupación, las migraciones a los centros urbanos, el estancamiento económico, la precariedad fiscal y el endeudamiento externo.
La UCR considera que una política productiva alimentaria para esta primera década del siglo XXI debe partir de una clara definición a favor del desarrollo sustentable como política de Estado y, por tanto, eje y objetivo permanente de toda acción de gobierno.
Nuestra propuesta es avanzar hacia un marco referencial de mediano y largo plazo, que brinde previsibilidad y que pueda concluir en un debate parlamentario y una legislación que promueva integralmente el desarrollo de un moderno complejo agroindustrial alimentario.
Impulsaremos una ley de desarrollo rural sustentable; políticas que tiendan a generar condiciones favorables para agregar valor en origen a la producción primaria; una reforma profunda e integral del Estado; un fondo de desarrollo regional; una política agraria común en el ámbito del Mercosur.
Proponemos la creación de una comisión de desarrollo sustentable que debe estar presidida por la SAGPyA. Transformada en ministerio. La competitividad y sustentabilidad del proceso productivo, la infraestructura necesaria para su movilización, la descomoditización de las ventas externas transformando a la Argentina en una gran fábrica de alimentos, el repoblamiento del interior y, en definitiva, el país que podemos ser y no somos no se logra con el tratamiento que el Gobierno nacional está dando al tema.
Finalmente queremos destacar que no es la de la UCR una oposición correctora de desprolijidades o defectos de aplicación. Es la esencia misma de las políticas en curso -incluyendo la falta de ellas-, la que merece nuestro reparo y origina nuestra crítica.
Una clara y definida política sectorial, encuadrada en una estrategia de desarrollo con equidad, podrá incrementar sustancialmente el importante aporte que ya hoy hace la actividad, poniendo de manifiesto su papel estratégico para superar los graves problemas que padece nuestro país.
Por René Boneto
Coord. de la Comisión de
Producción y Desarrollo Regional de la UCR.
Especial para Infocampo
