La producción de carne en la Argentina ha pasado de los 2,65 millones de toneladas producidas en 2003 a casi 4 millones de toneladas y podría duplicarse en los próximos 10 años, si se aplican mejores prácticas de manejo y se logra un aumento del peso promedio de faena.
Un trabajo de la Fundación Producir Conservando sostiene que, con dichos niveles de producción, las exportaciones de carne podrían alcanzar 1,2/1,3 millón de toneladas para el año 2014, con ingresos cercanos a los 2.800 millones de dólares.
Frente a este potencial, la fundación advierte que “el sector y el país deberán encarar una profunda transformación que permita superar las limitantes que sufre la cadena de la carne y que, de hecho, vienen retrasando su despegue”.
Daniel Díaz, conductor de Infocampo radio, se comunicó con Gustavo Olivero, coordinador de la Fundación Producir Conservando, quien desarrolló algunos aspectos del trabajo.
Olivero explicó que “en la fundación lo que decimos es que podemos duplicar la producción de carne en 10 años. El potencial de poder llegar a esas cifras existe, dadas las características de la zona de producción y en función del stock de hacienda que tenemos”.
“Sólo falta poner en marcha una cantidad de tecnología en lo que hace a lo productivo”, agregó “y tratar de sacar trabas en lo que hace a lo comercial, a las exportaciones, como para que exista una cadena que esté generando un nivel de demanda tal, sobre todo externa, que nos permita ir aumentando la producción sobre una base sustentable desde el punto de vista económico”.
Para Olivero, hay dos partes en el negocio de la carne. Por un lado, destacó las cuestiones relacionadas específicamente con lo que ocurre “tranqueras adentro” , como la tecnología, la fertilización, el nivel de pasturas, el nivel de intensidad y uso de suplementos, de pastoreos, de genética etc,. “Eso es un capítulo asociado con dificultades financieras para el acceso a la tecnología”, observó “pero el capítulo más importante a resolver para la cadena de la carne en este momento tiene que ver con que la Argentina siempre ha producido carne y es reconocida en el mundo su carne pero nunca ha salido agresivamente a venderla”. En este sentido expuso que Brasil, por ejemplo, exportaba hace 5 años unas 360 mil toneladas, mientras que hoy exporta 1 millón 350 mil, ya que ha realizado una intensa campaña para la promoción de sus exportaciones y la exploración de nuevos mercados.
Olivero consideró que Argentina debe impulsar acciones de este tipo a fines de darle un giro a la historia y también para poder generar una demanda de carne tal, que justifique duplicar su producción. Así, sostuvo que “la Argentina puede aumentar en forma muy importante su producción, si genera los mercados de exportación que le permitan que toda esa carne que se va a producir, pueda tener un destino de exportación”.
Asimismo consideró que el país no posee tradición de publicitar sus productos. En este sentido mencionó a Chile, hoy principal exportador de salmón en el mundo, país que obtuvo este lugar debido a la firmeza con la cual salió a vender su producto. Olivero reconoció que, si bien la Argentina no tiene esa conducta, debería implementarla, ya que esto generaría no sólo ingresos adicionales para el sector sino también necesidad de mano de obra.
En relación al desarrollo de un “mercado negro” alrededor del comercio de la carne opinó que “es evidente que este negocio ha sido así en todos los países del mundo, pero ellos lo han ido superando”. Consideró que el negocio de la carne, para consumo interno, está fuertemente dividido, como parte de una práctica de evasión sanitaria, de impuestos, etc. “Hay toda una especie de andamiaje que permite que este negocio siga siendo gris”, informó “no pueden existir empresas que por un lado pagan un IVA y por el otro no lo pagan, ni pagan ingresos brutos, ni cumplen con las normas sanitarias, y todo convive en el mismo mercado”.
Verónica Scornik
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