La nueva modalidad para la liquidación del IVA desató la preocupación y la disconformidad tanto de productores como de entidades del sector agroalimentario. La anterior liquidación anual de los pagos, deberá realizarse ahora de forma mensual, lo que perjudica considerablemente a los productores estacionales.
En conversación con Infocampo TV, Hector Tristán, asesor impositivo para la firma Tristán y Asociados, reconoció que al sector le sobran motivos para estar molestos frente a la nueva resolución. Así, explicó que los productores agropecuarios tenían la posibilidad de liquidar el impuesto al valor agregado (IVA) de forma anual, lo que contemplaba la estacionalidad de las diferentes producciones y también la de los costos. Con la resolución 1.745, se introdujo un cambio en la liquidación del impuesto, que pasaría a realizarse de forma mensual.
Tristan explicó que, durante el ejercicio fiscal, el productor realiza sus compras y, de esta manera, genera sus créditos fiscales. A la vez, vende la producción y origina el débito fiscal, que depende precisamente de las producciones. “Hay estacionalidades en las cuales las ventas son más tempranas o más tardías con respecto al inicio o al fin del año fiscal”, resaltó Tristán.
El asesor definió esta nueva modalidad como “una especie de fotografía que queda congelada, en la cual al débito le descuento el crédito y determino cada una de las posiciones mensuales, y luego si el saldo es a favor, lo traslado al contribuyente.Cuando llego a fin de año”, continuó “tendré unas 12 fotos, en las cuáles habrá algunos meses con saldo a favor del fisco y algunos meses con saldo a favor del contribuyente. Sumaré los saldos a favor del fisco, pagaré, y los saldos a favor del contribuyente serán trasladados al año siguiente”.
Tristán consideró que, a pesar de este traslado, la modificación altera la ecuación económica del productor.
Por otro lado, explicó que la reforma afecta especialmente las producciones estacionales, como por ejemplo la zafra, en las cuales el productor se ve obligado a vender sus cosechas temprano (marzo, abril o mayo). “Esto le generará posiciones pagadoras”, aclaró Tristán “y, en los meses posteriores, por el solo hecho de tener los costos de implantación, se le generarán una serie de créditos que no podrá imputar contra estos débitos”.
El asesor opinó que no hay intenciones, por parte del gobierno, de revocar la medida. Al respecto manifestó que “creo que la prórroga a enero del 2005 es una especie de mensaje para el productor, para que planifique sus próximas ventas y para que vaya apareando las ventas con las compras, porque se le genera desfasaje”.
Por otra parte, afirmó que, a esta liquidación del impuesto del IVA, se suma la disminución del precio de los cultivos. De esta manera, en el escenario actual, con el valor de la soja en aproximadamente 450 pesos la tonelada, “ya un mal impuesto como son las retenciones, sumado además con costos de implantación proyectados con precios de más de 700-750 pesos, genera todo un cóctel donde la presión del año 2005 será muy importante”.
Finalmente concluyó: “creo que lo que originó la rápida reacción de las entidades, es que esto les implica un anticipo financiero muy completo”.