Unos 15 mil pobladores de la zona de Tostado en la provincia de Santa Fe sufren las consecuencias de la falta de agua potable para consumo domiciliario a partir de la bajante del caudal por la persistente sequía y a partir de la construcción de una represa en el curso del río Salado en la provincia de Santiago del Estero y que provee de agua para la utilización como riego para la producción agrícola. “Es un problema de larga data pero que este año se agravó porque se construyó una obra de cerramiento total del río, obra que no está permitida por el gobierno nacional”, sentenció en diálogo telefónico con Infocampo Alfredo Raparo Ministro de Asuntos Hídricos de la provincia litoraleña.
El funcionario especificó además que a consecuencia de esta situación los pobladores de las zonas afectadas deben asistirse con el envío de 10 camiones bomba con agua potable para el abastecimiento de los hogares.
Una cuestión de caudal
Antes de la construcción de la presa el río Sladao tenía en la región un caudal de 10 metros diarios, actualmente llega a la zona sólo 1 metro por segundo. “La reglamentación dispone que deberíamos estar recibiendo al menos 3 metros por segundo que es lo que requerimos para cubrir la cantidad de población existente, como insistimos en el reclamo y fuimos escuchados pensamos realizar una presentación ante la Corte Suprema de Justicia para que intevenga en el conflicto”, explicó el funcionario santafesino.
Del lado de Santiago
Desde el otro lado de la línea divisoria de aguas, ya en territorio de Santaigo del Estero explicaron que el agua en esta provincia tiene varias complicaciones, una de ellas nace al norte ya que el suministro que les llega es el derivado del dique Cabra Corral, ubicado en el límite con Salta. Fuentes consultadas señalaron que acá también la principal causa son las “bombas clandestinas instaladas en campos de la zona para el aprovisionamiento de riego de grandes explotaciones agrícolas instaladas en la zona a partir del boom de la expansión de la agricultura. Esencialmente para cultivos como el algodón por ejemplo”. Aquí uno de los departamentos más afectados por la situación es Figueroa donde trabajan productores minifundistas y donde por estos días llega “sólo un hilo de agua”. Ante la situación y preocupados por las pérdidas que pueden ocasionarse también en ganadería, los productores se reunieron recientemente para buscar una solución y advierten que la siembra de algodón permanece demorada y que se trata de uno de los principales ingresos de recursos económicos y de mano de obra en la zona.
Verónica Puig
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