Pensando en la Argentina, creo que como país somos un resultado. Un resultado de lo que hacemos, y lo que hacemos está determinado por nuestros comportamientos.
Los argentinos nos comportamos de acuerdo con nuestras experiencias, tratamos de hacer aquello que nos dio resultado, a algunos para progresar, a otros para sobrevivir.
En el desarrollo de los comportamientos para sobrevivir, unos aprendieron a evadir impuestos, otros a trabajar en negro, otros a vivir de la basura, de la extorsión, del asistencialismo o de infinidad de rebusques, incluida la delincuencia.
Por supuesto, muchos argentinos cumplen con sus obligaciones y aun así también progresan, sobreviven o resisten. No los excluyo. Son los que observan desconcertados. Y aunque la mayoría se incluye en este grupo, el porcentaje real es desconocido.
Los gobiernos no son una excepción; los políticos cuando llegan al poder tratan de sobrevivir, para esto cobran impuestos que no deberían, reconocen que no son apropiados, pero lo hacen. Las retenciones a las exportaciones, a las transferencias financieras, a los combustibles para las rutas y los jubilados las utilizan para lo que necesitan. Emitieron hasta la hiperinflación, se endeudaron hasta el default, devaluaron para zafar, se quedaron con los depósitos de los ahorristas y de los jubilados. Los contratos pueden o no tener valor, son relativos. Todo depende.
Otras de las maneras de sobrevivir, ha sido el empleo público. Conclusión: creo que como país de sobrevivientes hemos sido exitosos. Pero si a lo que aspiramos es a llegar a ser una sociedad moderna, educada, desarrollada, que progresa, pienso que tenemos que empezar de nuevo, lo cual sería motivo de otra nota.
Por Víctor Trucco
Ex titular de Aapresid
Especial para Infocampo
