¿Hasta dónde hay que prestarle atención a un anónimo? Eso sólo lo puede responder el ánimo de quien lo recibe. Lo curioso de este incidente es que el editorial del viernes pasado ponía en contexto la cuestión de la inseguridad rural, sin personificar a ningún funcionario en especial. No obstante, la impunidad pegó de nuevo.
Por Daniel Díaz
Editor de Infocampo
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