“La roya de la soja es una enfermedad que hay que respetarla y prestarle mucha atención porque, rápidamente, puede quedarse con toda la rentabilidad de un campo y de un productor sojero. Por eso, creo que hay que realizarse permanentes observaciones de los cultivos, para detectarla a tiempo, atacarla y lograr su erradicación. Sino la controlamos a tiempo, puede provocar la destrucción total de los campos”, recomendó Daniel Ploper, jefe del Departamento de Fitopatología y director técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Columbres (EEAOC) de Tucumán.
En diálogo con Infocampo, el especialista reconoció que “no se dispone de buenas alternativas para frenar esta enfermedad”, que este año ya hizo su aparición en el país, en campos del NOA y del NEA y de la región centro de la Argentina.
“Sólo existen aplicaciones oportunas de fungicidas, como la principal arma para luchar contra la roya de la soja”, comentó el experto, para agregar que “tampoco contamos con variedades de soja resistentes, ni prácticas culturales que ayuden a eliminar su presencia”.
Estas cuestiones y un repaso sobre las características taxonómicas de la roya fueron analizadas durante la Jornada Regional sobre el Manejo de la Roya de la Soja, que se realizó el fin de semana pasado en Tucumán.
El interés que existe en el tema quedó demostrado por las casi 500 personas provenientes incluso de otras provincias que se dieron cita en las instalaciones de la Sociedad Rural de Tucumán, para escuchar los informes de los técnicos y expertos, nacionales y brasileños, que se acercaron a esta ciudad para resumir el presente y el futuro de la roya en los campos sojeros de la Argentina.
Ploper -director del seminario- reconoció que en el país no tenemos la experiencia suficiente como para enfrentar a esta enfermedad que, acechante, se prepara para atacar los campos para la próxima cosecha.
“No existen estudios técnicos suficientes respecto de la cantidad de aplicaciones con fungicidas que deben realizarse para controlar el avance de la roya”, reconoció el investigador de la EEAOC.
“Por ejemplo -relató-, en la zona del Mato Grosso (Brasil) se realizaron hasta tres aplicaciones en algunos campos sojeros y recién ahí pudieron controlar la expansión de la enfermedad.”
Según Ploper, “sabemos que existen muchas dificultades para tener un buen control, si uno deja que se inicie la epidemia. Por eso -insistió-es necesario que los productores realicen permanentes monitoreos sobre sus campos; a la roya de la soja no hay que correrla desde atrás”.
“Lo más importante es detectarla en forma temprana, sobre todo si se prevé que en las zonas de producción existirán las condiciones climáticas y agrícolas adecuadas que pueden favorecer la presencia y expansión de la enfermedad”, recomendó.
Impacto en Brasil
Los expertos brasileños que llegaron hasta Tucumán, Alvaro Almeida (Embrapa Soja, Paraná) y Ricardo Balardín (Universidad Federal de Santa María, Rio Grande do Sul) resumieron los efectos que produjo en el país vecino la presencia de la roya:
– Los primeros focos se detectaron en 1997.
– Después la enfermedad atacó a la soja en forma explosiva.
– En poco tiempo más llegará a los EE.UU., porque el Mato Grosso no fue una barrera para detener el avance de la roya.
– Desde su aparición hasta ahora, Brasil ha sufrido pérdidas por unos u$s4.000 millones.
– Los productores e investigadores pidieron más fondos al gobierno federal de Inácio Lula Da Silva para seguir investigando la mejor forma de poder detener la enfermedad.
Daniel Vaca
Corresponsal de Infocampo en Tucumán
