La Cancillería argentina, desmintió en la tarde de ayer las versiones que sostenían un supuesto rechazo debido a problemas fitosanitarios de un cargamento de 50.000 toneladas de soja nacional por parte del organismo de control sanitario chino (AQSIQ), el sábado pasado en el puerto de Shenzhen.
A través de un comunicado la Cancillería informó que, luego de conocer la mencionada versión, se hizo contacto con la embajada en China, organismo que confirmó que la carga del buque estaba siendo transbordada sin novedad, según información suministrada por el propio AQSIQ.
La noticia, que había causado preocupación entre los productores y operadores locales, se basaba en información distribuida por una agencia internacional.
Lo cierto es que el hecho quedó aclarado despejando las nubes de un posible conflicto comercial con China, que oscurecían el panorama y hubiesen obligado a cambiar el equipaje del presidente Néstor Kirchner y de los doscientos setenta empresarios -muchos de ellos productores y procesadores de soja- que lo acompañarán durante su inminente visita al país asiático, de la cual se esperan importantes avances en las negociaciones para estrechar la relación comercial bilateral.
Respecto de las versiones del rechazo del cargamento nacional, el mismo embajador argentino en China, Juan Carlos Morelli, aseguró ayer en declaraciones radiales que el buque en cuestión estaba desembarcando su carga normalmente y que no se se había registrado ninguna detención ni demora.
Sobre la visita de Kirchner, indicó que la complementariedad de las dos economías da posibilidades infinitas a la Argentina de aumentar su comercio con ese país.
Brasil vuelve a la carga
Según confirmaron autoridades citadas ayer por la agencia oficial Xinhua, China reanudaría las importaciones de soja brasileña, luego de que el país cerrara su ingreso por problemas fitosanitarios.
“El comercio entre ambos países recuperará su desarrollo sin contratiempos después de que ambas partes hayan alcanzado un acuerdo común para solventar la disputa”, dijeron a la agencia fuentes del AQSIQ. Las autoridades chinas señalaron que “el asunto es un problema técnico y no una cuestión política como han publicado los medios extranjeros”, y aludieron a la emisión por parte de Brasil de nuevas regulaciones para evitar un nuevo problema sanitario.
Carmela Obligado
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