Pocas veces el sector ganadero tiene la posibilidad de juntar todas sus huestes para poder discutir y acordar las decisiones que puedan hacer de la Argentina un competidor más armado en un mercado que, en los últimos tiempos, se ha visto plagado de contratiempos tanto a nivel interno como externo.
Lo cierto es que la radiografía del sector presenta escoriaciones varias y su columna vertebral está quebrada. Sería bueno que todos los productores ganaderos aúnen esfuerzos para poder limar asperezas, sumar posiciones y generar una cadena compacta.
Con el firme propósito de lograr una mayor competitividad en el mercado internacional y para aclarar el panorama sobre las herramientas necesarias para mejorar la producción ganadera regional y nacional, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) desarrollará mañana una jornada técnica sobre ganadería.
Sin dudas, es una posibilidad inmejorable para que toda la cadena productiva de un sector plagado de inconvenientes en el transcurso del último año pueda reorganizarse y salir a flote. “La ganadería y la cadena completa (producción de carnes para consumo y exportación) necesitan este tipo de reuniones para evaluar perspectivas de largo plazo”, contó a Infobae el titular de la empresa Quick Food, Luis Bameule.
El disertante desarrollará el tema de la situación mundial del consumo, los nuevos mercados y hará una descripción de las demandas en la exportación de carnes.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que se realice un agrupamiento por cadena, al igual que ya lo hicieron Asagir o Maizar, Bameule aseguró que “se está trabajando cada vez más con la cadena y que los encuentros son cada vez más frecuentes porque es imprescindible trabajar mancomunadamente dado que los mercados son muy dinámicos”. No obstante, aclaró que era difícil trabajar con un sector “rígido” como lo es el de producción de ganado vacuno.
“En ganadería hay que tener perspectivas y estrategias de largo plazo y eso requiere que todos los integrantes de la cadena estén muy integrados.”
Con un mercado internacional en ebullición, nunca más acertado el viejo dicho de que “a río revuelto, ganancia de pescadores”, sólo que en esta oportunidad, los “pescadores” deben ser organizados, prolijos y coherentes con lo que proponen. Y éste parece ser uno de los puntos débiles de la Argentina.
En este sentido, al hacer referencia a las limitantes que pondría la producción nacional para exportar carnes, Bameule opinó que “no hay una sola limitante para llegar al millón de toneladas exportables”. Y enumeró: “Ante todo, tenemos que recobrar la confiabilidad en nuestro sistema sanitario por parte de todo el mundo, esa confianza que se rompió hace tres o cuatro años cuando ocurrió el caso de aftosa no denunciada; una segunda columna pasa porque no está bien visto que la Argentina tenga un doble estándar tanto impositivo como sanitario, es decir, se hace hincapié en las diferencias que se exigen en el mercado interno y lo que exigen las normas internacionales; un tercer elemento es la lucha por acceder a los mercados en la cual no ayudan las retenciones”.
Juan Ignacio Martínez Dodda
jdodda@infobae.com