Con una temperatura exterior de 42 grados y cortes de energía, los conejos no soportaron el calor. Son animales que toleran bien hasta 26 grados. Por eso, en verano, al agua que beben se le agrega una sustancia -aprobada por las autoridades sanitarias- para ayudarlos a reducir la temperatura.
Eduardo Burdisso, dueño del criadero desde hace más de una década, explicó que “nunca” en todo ese tiempo registraron una situación similar. “Fue excepcional, incluso cuando ahora las instalaciones son mejores que antes, con techos cubiertos de pintura térmica y aspersores de agua que los refrescan”, contó.
Se encontraron acontecimientos similares en criaderos de pollos. Uno de Piquillín (departamento Río Primero) murieron 2000 animales en un día. Los cortes de luz también complicaron el enfriamiento de los galpones donde los animales están confinados.
En un establecimiento de actividad cunícula de murieron 400 animales en 50 minutos.