“El Decenio de la Agricultura Familiar de la ONU es una oportunidad extraordinaria para progresar en la construcción de políticas que permitan el desarrollo de la agricultura familiar y el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” afirmó José Graziano da Silva-Director General de la FAO- en un comunicado emititdo por la organización.
“La agricultura familiar es fundamental para el desarrollo sostenible en muchos aspectos, incluyendo la erradicación de la pobreza, el hambre y todas las formas de malnutrición, además de la preservación de los recursos naturales y de la biodiversidad”, afirmó Graziano da Silva en la reunión ministerial sobre agricultura familiar de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP).
El Director de la FAO añadió que el compromiso de los gobiernos, la asignación de recursos, el desarrollo de políticas públicas intersectoriales y el diálogo social son los ingredientes básicos de una estrategia exitosa de apoyo a la agricultura familiar.
Los puntos esenciales de las políticas públicas “diferenciadas, efectivas e intersectoriales”, señaló Graziano da Silva, incluyen garantizar el acceso de los agricultores familiares a los recursos naturales y a los medios de producción, en particular la tierra y el agua, y la promoción de mercados más inclusivos a través de instrumentos de compras públicas de productos de la agricultura familiar.
Además, destacó, los países deben fortalecer los instrumentos de protección social y ofrecer incentivos públicos a las iniciativas de adaptación al cambio climático como, por ejemplo, las prácticas relacionadas con la agroecología.
Graziano da Silva reiteró la importancia de promover la independencia económica de las mujeres rurales y la inclusión de los jóvenes. También es fundamental, añadió, trabajar en la construcción de marcos legislativos e institucionales para consolidar la seguridad alimentaria y nutricional.
La aprobación del “Decenio de la Agricultura Familiar (2019-2028)” por la 72ª Sesión de la Asamblea General de la ONU pretende llamar la atención sobre las personas que producen más del 80 por ciento de los alimentos del planeta y que, paradójicamente, a menudo son las más vulnerables al hambre. La resolución establece que la FAO y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) serán las encargadas de implementarlo.