Córdoba tiene 165.321 kilómetros cuadrados de extensión. Para los próximos años, nuestra meta principal es que la materia prima que se produce en nuestro territorio, no recorra demasiados kilómetros sin recibir un incremento de valor.
Este es nuestro principal desafío, este es el horizonte que guía cada una de las acciones que hemos llevado adelante desde el Gobierno de Córdoba. Agregar valor en origen nos permite imaginar pujantes ciudades en todos los rincones de nuestra geografía provincial, haciendo palpable el concepto de una patria federal.
La cadena de agroalimentos debería crecer en productividad, valor agregado y sustentabilidad. Días atrás nuestro Gobernador anunció el comienzo de la mayor obra pública encarada por una administración provincial: La puesta en marcha de cinco gasoductos troncales en diferentes regiones, 1.670 kilómetros para proveer de gas natural a más de 100 localidades. Los trabajos beneficiarán de manera directa a 400 mil habitantes.
Estas obras facilitarán el desarrollo de innumerables proyectos productivos, allí donde está la materia prima. Es una gran apuesta para las próximas décadas, que nos permitirá aprovechar la tendencia de buenos precios que auguran los analistas de mercado para el sector.
La cadena agroindustrial debe buscar su rentabilidad con las materias primas transformadas en origen, ya sea con productos semielaborados como los granos de calidad diferenciada y los aceites crudos; o los elaborados como son las harinas, aceites refinados, pastas y biocombustibles, sin dejar de lado los productos y subproductos del sector pecuario.
Córdoba ha trabajado intensamente, acompañando a todos los actores locales para hacer de los diferentes proyectos las columnas que permitan afianzar el perfil productivo cordobés. Todo esto debe darse de la mano de un equilibrio entre lo productivo y el entorno. Estado, productores, organizaciones y entidades, debemos invertir recursos para generar puestos de trabajo, brindar materia prima y darle valor agregado, pero también direccionar partidas desde lo público y lo privado para forestación y obras de infraestructura que regulen anegamientos, reduzcan el efecto de los vientos y frenen la desertificación.
Porque la protección de nuestros recursos naturales es un valor agregado, y porque conservar es sinónimo de rentabilidad.
Debemos avanzar a partir de la convicción de que debemos convertirnos en protagonistas de los cambios que queremos para nuestro futuro. El mundo reclama alimentos y Córdoba puede ofrecerlos, con sustentabilidad y protegiendo nuestros recursos naturales. Este sigue siendo nuestro desafío.
El autor es ministro de Agricultura de la provincia de Córdoba. Especial para Infocampo.com.ar
