Este año, en el bicentenario de nuestra Patria, se cumplen también 27 años de democracia y 98 del nacimiento de la Federación Agraria Argentina. Como dije en algunas oportunidades, varios han sido los logros de este sistema político, pero aún nuestra sociedad mantiene deudas pendientes en materia de educación, salud y en la igualdad de oportunidades.
Los Federados venimos del Grito de Alcorta, en el que nuestros antepasados se pararon en 1912 ante la concentración económica, en el uso y tenencia de la tierra, y abrieron así un camino de lucha por sueños que aún permanecen incumplidos. Luego, en el 2008 hubo otro Grito del Interior, en el que dijimos no al atropello que impulsó el Gobierno central. De este último proceso emergió una nueva conformación del Congreso Nacional, que creemos debe transformarse en usina de propuestas para los tiempos que vienen.
Por eso venimos insistiendo en la necesidad de que exista para nuestro sector, un conjunto de leyes y medidas que den forma a una Política Pública Diferenciada, que establezca claramente al pequeño y mediano productor como sujeto agrario, que permita la continuidad de los chacareros y campesinos en sus pueblos de origen, manteniendo y haciendo crecer la cultura, los valores y el trabajo en el campo.
En los últimos años hemos visto cómo miles de productores desaparecieron y tuvieron que abandonar sus pueblos por falta de oportunidades, para engrosar los cordones del conurbano; lo que implicó además cortar con un modo de vida. Desde FAA seguimos luchando por nuestras banderas históricas, porque pensamos que los productores pequeños y medianos deben tener la posibilidad de ser felices viviendo en sus lugares de origen.
En tal sentido, seguimos insistiendo en la necesidad de que se segmenten las retenciones, resguardando a los productores más pequeños; que se avance en leyes de tierras, que establezcan límites a la extranjerización, se frenen los desalojos de campesinos y se implemente un nuevo régimen de contratos agrarios.
También es fundamental que exista un Plan Arraigo, establecido como una política permanente que les dé a los jóvenes la oportunidad de desarrollarse en sus pueblos; que se defienda a los pequeños productores lecheros y a las economías regionales; se cree un instituto de colonización, se ponga en marcha una política de repoblación ganadera, con incentivo a la producción de carnes alternativas, al tiempo que se revalore e incite al crecimiento de las chacras mixtas, como herramienta de desarrollo rural, con base en los pequeños y medianos productores.
Todo esto debe ir acompañado de una profunda reforma fiscal, que no trate por igual a quienes son diferentes y por la puesta en marcha de una Agencia Federal de Estímulo y Promoción Agropecuaria que venga a superar a la ONCCA, dando un marco de previsibilidad a los productores; entre otras tantas medidas que venimos pidiendo.
Porque nadie pone en duda que nuestro país seguirá creciendo, teniendo como base una producción de cientos de millones de toneladas; pero desde FAA creemos que es fundamental pensar en cómo será ese crecimiento, y estamos convencidos de la importancia para nuestro país de que sea con miles de productores trabajando en sus chacras, alimentando toda la actividad económica de las ciudades del interior profundo y no que el mismo quede en manos de un puñado de empresas concentradas.
He dicho en nuestro Congreso Anual que las instituciones son lo que sus motivos fundacionales le otorgan. El Grito de Alcorta y los 100 años de Federación Agraria Argentina no son un punto de llegada para nosotros, son un proceso inconcluso por el que hay que seguir luchando. Por eso hoy seguimos reafirmando nuestras convicciones, sabiendo que la organización es un instrumento para un objetivo: la felicidad de nuestro pueblo y un futuro digno para nuestros hijos.
Por Eduardo Buzzi. Presidente de Federación Agraria Argentina
Especial para Infocampo.com.ar