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Fonterra bajo la amenaza terrorista de “envenenar la leche para bebés”

Fue en protesta por el empleo de cebo envenenado para el control de plagas en el país, y envió a la empresa de productos lácteos Fonterra varios paquetes del producto con pesticida, señaló el martes la policía.

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Un chantajista anónimo amenazó con envenenar cargamentos de leche de fórmula para bebés en Nueva Zelanda, en protesta por el empleo de cebo envenenado para el control de plagas en el país, y envió a la empresa de productos lácteos Fonterra varios paquetes del producto con pesticida, señaló el martes la policía, según publicó Lecheríalatina.com.

Es probable que la amenaza sea falsa, indicó el primer ministro, John Key, asegurando a los padres de que la fórmula en las tiendas es segura. Sin embargo, la noticia planteó el temor a que la crucial industria láctea del país pudiera sufrir represalias.

Las cartas anónimas se enviaron a Fonterra, la mayor exportadora de productos lácteos del mundo y empresa más grande de Nueva Zelanda, y a la asociación ganadera Granjeros Federados, señaló la policía. Las cartas iban acompañadas de pequeños paquetes de leche en polvo que dieron positivo en una forma concentrada del pesticida agrícola 1080, empleado por el departamento de conservación neozelandés para controlar plagas como ratas y zarigüeyas.

Las cartas amenazaban con contaminar productos lácteos para bebés y de otro tipo con 1080 a menos que Nueva Zelanda deje de emplear el pesticida para finales de marzo, indicó el subcomisario de policía del país, Mike Clement. Nueva Zelanda emplea el 80% del 1080 producido en el mundo, y muchos defensores de los animales se oponen alegando que causa dolorosas y lentas muertes a los animales.

Docenas de policía tratan de descubrir desde noviembre quién envió las cartas, dijo Clement. El chantajista amenazó con hacer pública su amenaza a finales de mes, lo que llevó a las autoridades a hacer su anuncio del martes.

El Ministerio de Industria Primaria dijo haber analizado unas 40.000 muestras de productos, sin hallar pruebas de contaminación.

“Nos han indicado que es extremadamente improbable que alguien pudiera contaminar la fórmula durante el proceso de fabricación, y no hay pruebas de que haya ocurrido nunca”, dijo Key. “Aunque es muy probable que esta amenaza fuera un bulo, como gobierno debemos tomárnosla en serio, y puedo asegurarles que lo hacemos”.

La industria láctea es el motor económico de Nueva Zelanda, y cualquier amenaza a su seguridad es tratada con la mayor urgencia. Empresas como Fonterra venden sus productos como artículos de gama alta en China, el principal mercado de exportaciones de Nueva Zelanda, gracias a su reputación de calidad.

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