El año que está finalizando fue el de la incorporación de los biocombustibles a la matriz energética argentina.
En el mercado interno de combustibles de transportes y por mandato de la Ley 26.093, DR 109/07, en enero pasado se puso en marcha el programa de corte de nafta con bioetanol y en marzo, el programa de corte de gasoil con biodiesel. En el primer caso, el corte se realiza parcialmente, ya que la oferta de bioetanol no alcanza momentáneamente para atender la demanda de las compañías petroleras para cortar al 5 %. En el segundo caso, el corte fue desde el inicio al 5 %, estableciéndose un aumento posterior a partir del mes de agosto pasado, que implica la obligación de incorporar un 7 % de biodiesel en el gasoil.
En cuanto al mercado de generación eléctrica, sea a través del Programa GENREN –derivado de la Ley 26.190, DR 109/07 y normas complementarias- o sea a través de normas específicas de CAMMESA que fueron dictadas, se generaron condiciones favorables para utilizar biocombustibles y biomasa en general, en esta actividad. Existe la posibilidad concreta de utilizar biodiesel en las turbinas de generación eléctrica, toda vez que son varios los fabricantes de las mismas que están ensayando su uso y ya han anunciado la homologación de este biocombustibles en varios de los modelos existentes y en uso en el País, en medio de un proceso que continúa y que tiene por objetivo lograr una homologación generalizada.
Terminaremos el año con un uso agregado de biocombustibles en el mercado local de alrededor de 600.000 toneladas, cantidad que aumentará significativamente el año próximo, permitiendo acercarse al objetivo de incorporar un 5 % de bioetanol a las naftas y de atender mayores cortes en el caso de gasoil con biodiesel.
Al mismo tiempo, las exportaciones de biocombustibles se ubicarán en torno a 1,4 millones de toneladas.
Los negocios del primer semestre dispararon una buen clima de inversiones, hasta que se produjo la intervención de la Secretaría de Comercio Interior, que a través de la Resolución 295/10 estableció un congelamiento de los precios de los combustibles –incluidos, biocombustibles- al 31 de julio de 2010.
Se trató de una medida intempestiva, mal analizada por dicha Secretaría, que perjudicó de manera significativa los esfuerzos que desde los inicios del Programa de Biocombustibles, viene desarrollando el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (MINPLAN), para diversificar la matriz energética.
Parece insólito, pero se produjo un conflicto entre la normativa emitida por dos áreas de Estado. Sobre el cierre de esta columna, los esfuerzos del referido Ministerio para resolver favorablemente el problema han dado resultado positivo y de esta forma, está triunfando la razón, al dejarse de lado el congelamiento de precios de los biocombustibles y al restituirse los criterios de actualización de precios establecidos por la Resolución 1294/08 y por la Resolución 7/10 de la Secretaría de Energía y para el bioetanol y biodiesel respectivamente.
Este nuevo espaldarazo de MINPLAN a los biocombustibles, va en el camino correcto y permitirá retomar el buen clima de inversiones (que en lo inmediato se orientan a aumentar de 2,5 millones a 3,5 millones de toneladas anuales de capacidad de producción de biodiesel, y a la construcción de varias plantas de etanol de cereales, como así también, al mejoramiento de la eficiencia de los ingenios azucareros, la realización de obras de tratamiento de efluentes de las destilerías de etanol existentes, el aumento de la capacidad de deshidratado de etanol derivado de caña de azúcar, la instalación de una importante capacidad de generación y cogeneración eléctrica con bagazo y biomasa o biocombustibles en general, etc.).
Se comienza a percibir en el mercado, un creciente interés de productores agropecuarios por participar como socios de varios proyectos de producción de biocombustibles, hecho que permitirá, de ocurrir una intervención masiva de los mismos, atomizar la oferta de biocombustibles en el País.
El año próximo se prevé un aumento del contenido de biodiesel en el gasoil que se expende en el mercado local–corte que desde agosto pasado se ubica en un 7 %- al 10 % (producto denominado B10) y es probable que a partir de 2012, aumente el contenido de bioetanol en las naftas, con el crecimiento significativo que se producirá en la capacidad de producción de este último biocombustible.
El Gobierno ha convocado a los fabricantes de automotores, a las compañías petroleras y a los productores de biodiesel, para que a través de la realización de ensayos de perfomance ad hoc en motores, los fabricantes de automotores procedan a la homologación del uso de biodiesel en cortes con gasoil al 10 %. Esta cuestión es trascendente y su concreción consolidará el programa de uso de biodiesel. En el caso del bioetanol, hay más experiencia con usos en porcentajes mayores al 5 %, como por ejemplo, la de nuestro vecino Brasil –que corta las gasolinas con hasta un 25 % de bioetanol- o la de EE.UU. –donde recientemente la EPA autorizó el corte de gasolina con un 15 % de bioetanol, para vehículos modelo 2007 en adelante.-
Por el lado de las exportaciones de biocombustibles, a partir del año entrante en la Unión Europea –que es el principal mercado para el biodiesel-, entra en vigencia una normativa que establece la certificación de la sostenibilidad técnica, económica, ambiental y social de los biocombustibles que se usen dentro de los países comunitarios. El cumplimiento de los requisitos involucrados en estas disposiciones, representa un importante desafío para los países exportadores como Argentina, pero más allá de la barrera que ello implica, nuestra industria está en condiciones de cumplirlos y profundizar los negocios de exportación que hoy realiza. En este sentido, se viene desarrollando un importante trabajo conjunto entre el sector público y el privado. Todos los esfuerzos realizados y a realizarse son muy oportunos, en atención a la importancia relativa de este mercado.
En materia de investigación y desarrollo en bioenergía en general y biocombustibles en particular, hay varias líneas de trabajo, que se focalizan en nuevos descubrimientos de procesos, materias primas y productos, como así también en el mejoramiento de los hoy existentes. Es fundamental que nuestro País invierta muchos recursos en la materia, coordinándolos para lograr una asignación eficiente de los mismos, de manera de ocupar un lugar de avanzada frente al nuevo paradigma energético que se registra en el mundo.
Por todo, se puede afirmar que los fundamentos de los mercados bioenergéticos son sólidos y en nuestro País estamos ante la posibilidad de convertir a las políticas en la materia, en políticas de Estado, facilitándose de esta manera que las mismas trasciendan a un Gobierno y se mantengan con reglas de juego estables a largo plazo. Tenemos que hacer un profundo estudio para optimizar la legislación vigente.
Sin lugar a dudas y sin soslayar que recién estamos dando los primeros pasos en la materia y que hay cuestiones de diversa índole para perfeccionar, se han dado pasos muy importantes para afianzar la incorporación de biocombustibles a la matriz energética argentina, tanto desde el sector público como del privado, que nos permiten pensar en grande.
Por todo lo expuesto, es posible enfrentar el futuro con mucho optimismo y abrir paso a una fluida ola de nuevas e importantes inversiones que posicionarán a la industria de biocombustibles, como una de las más importantes del País.
*Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.
Especial para Infocampo.com.ar