Bajo el programa “Sujetos sociales agrarios en procesos de transformación territorial” se conformó en 2012 el grupo de cambio rural “Hilanderas del Fin del mundo” en Tierra del Fuego.
El video muestra como este programa cambió la vida de un grupo de mujeres en la provincia mas austral de Argentina y, en un contexto donde todo está siendo sujeto de revisión, sirve como ejemplo de la importancia que tienen los programas de desarrollo rural, como así también, del rol trascendental que tiene el Estado, con el apoyo de diferentes actividades que necesitan acceder al asesoramiento profesional para prosperar.
El grupo de hilanderas está conformada por mujeres que “además de compañeras son amigas” según indican las participantes del programa. Es que aunque sus orígenes son diversos, ya que hay chilenas, jujeñas, salteñas y fueguinas y, sus actividades previas no las relacionaban, el programa les unió y les ha permitido establecer profundos lazos laborales y afectivos. “Estamos creciendo como grupo e individualmente. El grupo enriquece, nos apoyamos no solo en el tejido sino también como personas” señalan.
En la región existen muchas estancias que tienen ovejas pero, generalmente, venden la lana para la industria y quienes se dedican al tejido artesanal debían comprarla y traerla de lugares lejanos. Es por ello que decidieron emprender este proyecto apoyadas por Cambio Rural y hoy son ellas mismas las que compran la lana, la hilan, la tiñen y la comercializan.
“A la gente le llama la atención de que sea todo natural, que los productos sean de creación humana y no intervengan maquinas en el proceso” comenta una de las hilanderas. Quienes a la vez destacan que mas allá de lo económico “lo fundamental es poder dar a conocer el territorio a través de nuestros productos. Nuestros productos se van a otros lugares y podemos dar a conocer en otros lados que tenemos buenas lanas, que tenemos un grupo de hilanderas en el fin del mundo” resaltan.